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Así caí
Fecha: 01/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos
... repitiéndola una y otra vez, y reía gozosa y hasta daba gritos de júbilo entre carcajadas grotescas y eligiendo otras secuencias, buscaba preguntándome: -Mirá... mirá acá... acá, parece que lo monta desnudo, y pasea acaballada en sus hombros pajeándolo con las patas... mirá... vamos a ver... Y efectivamente así era, y mi amiga no paraba de reír y reír, y siempre sus comentarios aderezaban el espectáculo ahí mirado. De pronto, me dirige aquella pregunta que es una especie de comentario, con pregunta adosada: -¡Mirá que existen cosas y cosas en esto del sexo... ! ¿Qué opinás vos... ? Y yo, que estaba allí como una fogata sin que el fuego se viera, haciéndome como podía el muy tranquilo, le respondí como pude: -Y.… son gustos, y hay que respetarlos... Mi amiga se ríe y asiente lo que yo digo, y agrega siempre riéndose y mirando aquellas imágenes: -¡Obvio que hay que respetar esos gustos! Ahora, yo opino: ¿Dónde, encuentra una mujer hoy... un chico que tenga esos gustos de dejarse hacer esas cosas??? Y le respondo: -A mí, por ejemplo... siempre me gustaron esas cosas... imaginarme así sometido por una chica... ¡No sé de dónde carajo saqué coraje, para eso confesarle!!! Se lo dije... y sentí como si hubiera lanzado una bomba... La mirada de mi amiga, se quedó clavadita en mí, silenciosa y con cierta sonrisita de boca entreabierta... mirándome... ¡FIJO! -¿Quéééé??? -Preguntó, rompiendo el silencio de segundos laaargos, que había hecho. Yo, ...
... sintiendo que ya había metido la pata y que ya no tenía aquello marcha atrás, firme y valiente como un heroico soldado que sabe que su accionar lo llevará a la muerte, le respondí: -Lo que oíste, Virginia... a mí, estas cosas siempre me gustaron, y siempre soñé con que una chica me las hiciera... No se puede explicar con palabras, la cara que mi amiga ponía mientras me miraba con una risita por demás puerca, al tiempo que sus hermosos ojazos se abrían enormes y su boca risueña se abría enorme también en una silenciosa risa creciente, y su mirada... parecía gritar que iría a ser yo, "su esclavo total". Súbitamente púsose de pie para plantarse frente a mí de una manera ardientemente provocativa y como desafiante, preguntándome drástica y sádicamente sonriente: -¡Te obligo a que inmediatamente me digas si lo que me confesaste es cierto, o mentira!!! ¡Ya! Sus ojazos parecían echar fuego por la pasión lujuriosa que mi confesión le había generado. ¡Sí! en ella, latía adentro una estupenda dómina que estaba en ella adormecida, y que en aquel momento ante todo aquello dado y yo ahí con ella y eso confesándole, sacó de ella su fuego más abrasador acorralándome en aquella inflexible pregunta, que de inmediato le respondí gozoso: -¡Cierto, Virginia!!! Cierto, y más te digo: ¡Quisiera ser tu esclavo! Sigo sin palabras, para poder explicar la cara de Virginia oyéndome eso decirle. Había de todo a la vez en aquélla su mirada: sonrisa sádica... placer inmensamente ...