1. ¡El semental de confianza!


    Fecha: 02/08/2021, Categorías: Hetero Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    “Ayer se armó un desmadre, preciosa”, le dijo Ramón a Ana después de su saludo de buenos días poco antes de las 7 de la mañana.
    
    “En casa de tus papás y la neta no sé cómo hacerle”, agregó preocupado el albañil.
    
    “Pero ¿qué pasó?”, preguntó inquieta e intrigada la bella muchacha.
    
    “En la mañana me cogí a tu mamá cuando se fueron tus hermanas”, comenzó.
    
    “Aja”, dijo Ana, aguardando el resto.
    
    “Me la cogí dos veces nomás, una en su recámara y otra en la cocina. La pasamos a toda madre.
    
    ¡qué re-bien coge tu mamá!”, recordaba, “total, que llegó Claudia…“
    
    “¡Y los torció!”, exclamó Ana.
    
    “No, preciosa, para nada”, contestó Ramón.
    
    “¿Entonces?”, dijo ella.
    
    “Tu mamá, bien cogidita”, dijo sonriendo, “salió a una mamada de esas de viejas copetonas”, continuó. “Si, al shower de mi prima Susana”, precisó Ana. “Esa verga”, completó Ramón.
    
    “Total, para no hacerte el cuento largo, me estaba culeando, -por fin-, a Claudia. Nos quedamos dormidos después de la primera vez, y la tenía de perrito en la cama cuando llegó Patty y nos torció cuando la tenía ensartada”.
    
    Los ojos de Ana se abrieron de sorpresa, compartiendo con Ramón su gran preocupación.
    
    “Preciosa, le dije a tu hermana lo nuestro y lo de tu mamá para calmarla un poco”, confesó el preocupado albañil, “discúlpame, no sabía que decir para tranquilizarla”, agregó.
    
    Ana se sentó en la mesa de la cocina, mientras Ramón casi lloraba de semejante preocupación por Claudia.
    
    “¿Qué hizo Patty?”, preguntó ...
    ... Ana.
    
    “Pues…, comenzó Ramón, “nos vio, nos quedamos inmóviles, Claudia metió la cabeza debajo de la almohada, le saqué el pito…”, relató, “me miró, me lo vio, cerró la puerta y se fue. ¡No pude acabar!”.
    
    “¡Te vio la vergota!”, exclamó Ana.
    
    “¡Ah claro!”, dijo Ramón. “¡Hasta los ojitos le brillaron!”.
    
    “Bueno”, dijo Ana calmadamente. “Hablaré con Claudia, hacemos un plan, te la sigues cogiendo, luego te coges a Patty, no te olvidas de mi mamá y de mí… ¡y asunto resuelto!”, propuso a manera de broma, haciendo que el albañil se carcajeara.
    
    “¿Y apoco cogen mejor que yo el par de putas de mi mamá y de mi hermana?”, preguntó Ana sonriente.
    
    “Tú eres otro pedo”, le dijo Ramón a la bella señora, mientras la besaba con pasión en la boca.
    
    “Te extrañé anoche”, confesó Ana. “Estuve a punto de irte a coger con todo y niños”.
    
    Ramón sonrió y encendió su primer cigarro.
    
    “¡Cuéntame del cabrón del Choro!”, dijo Ramón.
    
    “¡Ay el Choro!”, exclamó Ana.
    
    “¡Tengo que domarlo! ¡Es un potro salvaje, lleno de energía! ¡Es un garañoncito, desesperado, se viene muy rápido!, ¡me dio pavor que me cogiera por enfrente! ¡Es un toro desenfrenado y tiene una verga divina, divina!¡Sus mecos saben tiernitos, riiicos!”, continuó alabando a su incipiente amante.
    
    “¡Me coge con una energía increíble, se me prende del culo, me enciende… me llena! ¡Tiene las hormonas a todo lo que dan!”, siguió ella.
    
    “Pero no tiene tu vergota. No me llega a donde tú me llegas, amor”, aclaró ella.
    
    “Sus ...
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