1. Lukas


    Fecha: 16/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: Minah Stahl, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía la adrenalina a tope y saltaba los troncos como una gacela. Hasta que sentí una punzada fuerte en un hombro, luego me fallaron las rodillas. Caí al suelo, me golpee en la rodilla derecha y me ensucié toda la ropa y parte de la barbilla de barro.
    
    •¡Eres estúpida Silvia, estúpida! ¿No sabías que era inútil intentar escapar? – me grita Lukas jadeando, acababa de llegar, estaba a punto de alcanzarme. Me da la vuelta, me mira, ve el miedo en mis ojos, luego me mira el hombro – ¿quién le ha disparado?
    
    •No había forma de pararla jefe.
    
    •Venga, ¡arriba!
    
    Lukas intenta levantarme, pero ni puedo ni quiero ponerme en pie, se da cuenta que no me sostienen las rodillas y me caigo sobre ellas. Me pone bocabajo, me quita las esposas y me coge en brazos entonces. Me lleva con cuidado y me mira a la vez que camina, estoy perdiendo el conocimiento por momentos, intento apoyar mi sien en su hombro, pero no lo consigo. En el asiento trasero del 4x4 de Ramón, me tumba y me tapa con su cazadora, hace tiempo que estoy en mangas de camisa sólo y estoy helada, tiemblo como un flan. Me abren la camisa, de un tirón arrancan los botones:
    
    •Dame tu navaja Jon – le dice al chico de la capucha.
    
    •Es una herida limpia – le oigo decir a Jon, mientras se la da y Lukas me corta el tirante del sujetador.
    
    •No, casi no hay hemorragia... Jon sube que nos vamos. ¡Venga chicos! Nos vemos la semana que viene – a la vez que me tapaba con la cazadora hasta el cuello.
    
    •¡Cuidad de la ...
    ... prin-cesita! – dice uno con sorna.
    
    Hago el viaje semi-inconsciente, los oigo hablar. Se ríen, jalean, ...
    
    •¿Está inconsciente? – susurra Lukas, que conduce, al ver que Jon mira para atrás.
    
    •No estoy seguro... ahora me mira, pero no sé si me oye. Tranquila reina, que aquí mi amigo conduce muy bien y Ramón tiene...
    
    •Tenía... – le interrumpe Lukas a la vez que sonríe.
    
    •Jajaja, ¡tenía un buen carro!
    
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    Me despierto con mucha dificultad, no sé dónde, tengo el brazo bueno esposado al cabezal de la cama y me duele, lo tengo frío, supongo que hace horas que está en esa posición, estoy desnuda bajo la ropa de cama y Lukas ronca al lado mío, con la mano en mi cintura, encima de las mantas, me quedo un rato mirándole. Me han drogado con algo, tengo un sabor amargo en los labios. Le observo mientras duerme, no está tan mal, pienso un instante, tiene un cuerpo bonito y es guapo, además, no somos tan diferentes, me anticipaba a sus movimientos porque yo también pienso como él. Divagando en mis cosas me vuelvo a quedar dormida.
    
    Cuando me despierto otra vez, me está soltando la muñeca con cuidado de no despertarme y me mete el brazo bajo las mantas, no sin antes mirar un poco que hay debajo, lo siento más reconfortado. Se da cuenta entonces de que le miro, le empieza a sonar el móvil, “sssshh, no pasa nada, ahora vuelvo” y me guiña el ojo. Sale de la habitación, a la vez que busca el móvil en sus tejanos y le oigo hablar por teléfono en otro ...
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