1. SEXO ANIMAL


    Fecha: 17/08/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    SEXO ANIMAL Ya hace unos cinco años que terminé mi relación con Matilde, sin dudas lo mejor que pasó por mi cama… Estaba llegando a mis cuarenta años, con una familia ya constituida, esposa, tres hijas, todo lo que un tipo normal podría narrar. Antes de mi señora, había estado con algunas otras chicas, novias, en fin, hasta acá nada raro. Sandra, la madre de mis hijas es una buena mujer, no tengo reproches para hacerle, y nada hacía prever que llegaría a serle infiel Fue cuestión del azar, no fue buscado, solo se dio… Eran poco más de las dos de la tarde, había salido de mi trabajo y me dirigía a pie hacia el estacionamiento donde estaba mi coche, a unas cuatro cuadras, como lo hacía diariamente. Ella iba caminando a pocos metros delante de mí, alta, delgada, enfundada en unos ajustados pantalones de cuero que le dibujaba un culo sencillamente perfecto, de lo mejor que había visto en mi vida, solo regulaba el paso para mantener la distancia y ver sus caderas moverse de lado a lado en una perfecta sintonía que llenaba mi vista. Y pasó lo que tenía que pasar, la joven no notó unas baldosas flojas, uno de los finos tacos de sus zapatos pareció trabarse entre ellas, perdió el equilibrio, trastabilló, y fue a parar al piso quedando en cuatro patas… La alcancé pronto y la ayudé a recobrarse, las palmas de sus manos lucían sendos raspones y sus rodillas se mostraban desnudas por la rotura del pantalón, incluso la izquierda parecía sangrar un poco y parecía dolerle bastante. Pero ...
    ... intuí que más de dolerle el físico, le dolía la vergüenza, ella se puso de espaldas a la pared, su pantalón también se había roto entre las piernas dejando ver parte de su trasero, eso lo había notado al verla caer… Fue entonces cuando traté de calmarla, saqué mi fino pullover y se lo día para que se cubriera, lo tomó y lo anudó por las mangas en su cintura cubriendo su trasero. Su rostro de niña mezclaba sensaciones de dolor y agradecimiento, ella iba a tomar el ómnibus, por lo que me ofrecí a llevarla a su domicilio, era apenas unos minutos extra. En el viaje me agradeció por lo que había hecho, me contó que se llamaba Matilde, que apenas tenía veinte y trabajaba atendiendo al público en una conocida cadena de comidas americana, a unas cuadras de donde yo trabajaba. Al final, ella me agradeció y me despidió con un beso en la mejilla. No supe por qué, pero en ese momento entendía que algo pasaría entre nosotros, el perfume que dejó en el interior de mi coche me embriagó y abrí las ventanillas para que mi esposa no notara dada, a quien por cierto, no le conté nada de lo ocurrido. Dos días más tarde, hice lo que no debí hacer, fui a almorzar al lugar donde ella trabajaba, verla tras el mostrador con el uniforme de la empresa y una gorrita con visera me causó un tanto de gracia, parecía aún más joven de los veinte que me había confesado. Ella me reconoció de inmediato, me recibió con una sonrisa y quería obsequiarme la hamburguesa grasosa que había pedido, cosa que no acepté bajo ...
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