1. La clase de yoga


    Fecha: 14/11/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Daniel pasaba sus manos describiendo cuales músculos estaban rígidos y cuales relajados. En ocasiones, mi maestro estaba detrás de mí y deslizaba sus manos por mis nalgas y bajaba por detrás de mis piernas hasta los agujeros de mis rodillas. Otras veces se sentaba delante de mí y pasaba sus manos por mis brazos y ahí yo tenía una panorámica de su bulto, que a mi parecer había crecido un poco. Haciendo la posición de la mesa puso su mano en el centro de mi pecho indicándome el chakra plexo solar y bajó hastael chakra sobre el pubis. Esto fue muy fuerte porque la energía se me estaba acumulando en mi tranca y ya no lo podía contener. Daniel se percató de mi erección y me dijo que no me preocupase porque era esperable y normal. Y para peor de todos los males, me pidió que me recostase boca arriba sobre el suelo. Fue fatal. Mi pingo parado había quedado expuesto en toda su expresión y yo sólo debía controlar mi respiración. Lo intenté hacer y a la vez, sentía curiosidad por lo que estaba haciendo mi maestro. Lo busqué con mi mirada y cuando lo encontré estaba sacandosé el slip y dejando ver un pene grueso, con sus pelos muy cortos, y también una inminente erección. Cuando giró, cerré los ojos y estaba más agitado que nunca. Daniel me dijo en susurros. Concéntraté en la respiración, mantén el silencio y abre tus piernas y brazos. Para esto yo ni me animaba a abrir los ojos de escucharlo tan cerca y luchaba por controlar mi respiración. De repente sentí como Daniel dejaba caer ...
    ... en forma lenta su cuerpo sobre el mío y su caliente pene rozaba el mío. Yo abrí mis ojos y cuando quise decir algo, Daniel me besó metiendo su lengua en mi boca. Estuvo besandome por un buen rato mientras yo seguía con las piernas y brazos abiertos en cruz. No sabía como reaccionar y lo que estaba sintiendo me estaba gustando y mucho. Daniel dejó de besarme y bajó su boca por mi cuello y me arrancó un gemido de placer al pasarme su lengua. Yo sólo agarré su cabeza con mis manos y la presioné contra mi cuerpo. Ya estaba entregado. Mi maestro continuó su juego en mis pezones succionándolos fuertemente y no se detuvo hasta llegar a mi pene y metérselo en la boca. La chupada fue increíble. Sentía que me quería sacar algo por la manera que lo chupaba. Su boca estaba llena de mi pingo y el sólo subía y bajaba su cabeza a un buen ritmo. Daniel comenzó a girar y quedo de tal manera que me invitaba a un sesenta y nueve. Y el pedazo que había visto debajo de ese slip ahora estaba rozando mis labios y me lo tragué de un solo bocado. Fue fantástico ya que Daniel me devolvió el placer que le daba con succiones más fuertes y placenteras. Sentía como su saliva recorría toda mi tranca y se deslizaba por mis huevos y nalgas. Los dedos de Daniel comenzaron a jugar por mi cola y dibujaba con sus dedos mis esfínter lubricándolo y estimulándolo. Daniel se puso como perrito sobre mi y soltando mi pene comenzó a coger mi boca subiendo y bajando su cadera acompasadamente. Su pene era grueso así que ...