encuentro con mi hijo amandonos - Relatos Eróticos

encuentro con mi hijo amandonos

... darle la mano, besarla, abrazarla, ella me besa en la mejilla y tiemblo de emoción. Señorita que sorpresa que pequeño es el mundo en que vivimos, que dicha encontrarla. Me hace callar con la promesa que luego nos contaríamos nuestras vivencias. Asi fue charlamos esa noche hasta las cuatro de la mañana con la señorita Julia, de tantas cosas, ella seguía soltera y próxima a jubilarse, porque había acumulando antigüedad dando clases unos años en escuelas diferenciales, ella contentísima por mi título, mi profesión y mis sueños futuros. Quedamos en seguir hablando pero ahora seria en mi departamento y no en el suyo como lo habíamos hecho. Le dije la invitare a cenar, bueno hijo será un placer me contesto. Cuanto hacia no me decían hijo. En el hole nunca más apareció Ana, que desilusión la tiketera me dijo que hace unos días pidió su liquidación y le dijo que viajaba al extranjero. Los encuentros con Julia fueron más frecuentes, nació una mutua atracción a pesar de la diferencia de casi veinte años entre nosotros, tanto que por primera vez en la vida estaba realmente enamorado, ya Ana era un grato recuerdo. Comenzaba a mirarla como mujer, ya no como mi maestra, es casi alta como yo, elegante de una sobria elegancia siempre con trajecitos y blusas bordadas. Sus piernas eran finas y bien formadas, su culo de dimensiones normales que por lo salido evidenciaba su redondez, su talle mostraba una cintura carente de panza, quizás poca…. Sus blusas amplias no dejaban ver sus tetas pero ...

... hacía suponer que no eran pequeñas, su pelo a los hombros prolijamente peinado, sus ojos grandes, negros, su mirada imponían vehemencia y autoridad, su boca y su nariz adornaban una cara que disimulaba su edad. Parecía mas joven pues yo le calculaba mas de veinte años mayor que yo. Y parecía una treintañera. A medida que pasaba el tiempo veía una evolución en su vestimenta, no sé, como más osada, mas escote, algún vestido mas insinuante, que mostraba a una hembra apetecible. Quizás era que yo estaba frecuentando muy tardíamente al hole y las hormonas influían sobre mi morbo. Las visitas mutuas fueron cada vez más frecuentes, las salidas y paseos juntos, todo fue sublimándose en un amor que una noche luego de cenar en su departamento culmino en caricias que nos llevaron inexorablemente a la cama, vergonzosa lo quiso a obscuras y asi lo hicimos, tuve con ella la misma extraordinaria sensación que tenia penetrando a Ana, su mismo olor su mismo gusto, gozamos una noche inolvidable. Luego meditando me pregunto que cosa tan idéntica a Ana, no será Ana?’. No, estoy loco, Ana era una puta profesional y esta es una vieja maestra. Tengo la impresión que Ana era mucho mas joven, pero si nunca la vi, como podrá haber sido Ana. Al otro día vuelve a casa y luego de cenar, en pleno romántico franeleo la llama una sobrina que estaba en un hospital que había sufrido un accidente, vamos allá y ella se queda a acompañarla. Cuando regreso a casa veo en el suelo tres tarjetas, una de crédito, otra ...