El polvo con mi hermana
Fecha: 06/10/2019,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: VMarioT, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... espachurramientos, cubanas y demás tocamientos que llevaban sufriendo desde hacía tanto tiempo.
-¿Te la vas a metes, verdad? -le pregunté, estando con la cabeza metida entre sus pechos, en referencia a mi polla.
-¿Lo dudabas?
-No, la verdad es que no. Hermanita, estás hecho toda una guarraza. Mmmmmm…
-Y a mucha honra… Pffffff… Oooooohhh… -gimió al sentir que le succionaba y mordisqueaba los pezones.
Me bajó el calzoncillo y se ensartó ella solita todo mi mástil en su chochazo de puta.
-¡Ooohh…! ¡Mmmmmm…! Qué… ¡Qué bueno, Dioooooosss…!
-No chilles tanto, loca, que te van a oír los vecinos. No eres rubia pero como si no fueras…
-Pfff… Pffffff… Calla por Diosss… Calla… Mmmmmmffffff.... Déjame… Déjame disfrutar, cabrón....
-Pero mira que eres guarraza… Aaaaaahhh…
Entretanto, mi rabo se abría camino entre sus mojadas y ya acostumbradas a recibir pollazos paredes vaginales. Laura era tan calentorra que le salían los jugos como si fuera agua, y en un momento de nada ya me había puesto los huevos perdidos. Toda ella era morenita, con una larga y preciosa melena castaña oscura lisa que ya había decidido no cortarse para ver hasta donde le llegaba. Tenía unos grandes ojazos oscuros muy bonitos y unas orejillas pequeñas pero muy monas. Laura era muy atractiva, una monada. Y solo tenía dieciséis años.
-¡Aaaaaahhh…! ¡Ooohh…! ...
... Mmmmmm...
Yo le seguía comiendo los pechos mientras tanto, duros como rocas pero muy sensibles al tacto, haciendo que hasta el más mínimo roce la hiciera estremecerse de placer.
-¿Te gusta, viciosa mía? Mmm…. ¿Te gusta cómo te como las tetorras?
-Uuummmffffff… Siiiiii… No pares… Dios, Dios, Dios… Qué buenoooooohhhh…
Sentí que estaba a punto de correrme, pero no la avisé. ¿Para qué? Con lo cerda que era, seguro que querría que me llenara el chochazo, la vagina de leche caliente. No me equivocaba.
-Córrete dentro de mí, por Diosss… ¡Uuuuuummm…! ¡Qué gusto, jodeeerr! Quiero sentir tu leche en mis entrañas…! ¡Pffffff…! ¡Siiiiii…! Ohhh… Ooohhh… ¡Oooooohhh…!
Y finalmente me corrí en su vagina. Nos quedamos los dos quietos un momento, disfrutando del orgasmo y recomponiéndose por todo el cansancio. No había pasado ni un minuto cuando Laura se levantó de encima mío, sacándose mi polla de sus entrañas, y se volvió a poner las bragas y el sujetador como si nada.
-Gracias por esto, Iván -me miraba feliz y satisfecha. Me besó tiernamente en los labios y luego bajó hasta mi soldadito, ya que se estaba deshinchando. Le dio cuatro lamidas rápidas para quitarle todo el semen y cosas que pudieran tener y, después de darle un besito en la punta, le dijo:
-Gracias por todo, pequeñín. -Se levantó, me guiñó el ojo y se fue por donde había venido.