CÓMO ME CONVERTÍ EN UN CORNUDO PENDEJO
Fecha: 09/10/2019,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Cornudo Pendejo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... corneador durante todo nuestro noviazgo. Me arrepentí de inmediato al preguntar el "porqué", pues su respuesta aniquiló la poca templanza que me quedaba: "Como sabes, Federico es casado y Grisel (su esposa) ya tenía muchas dudas de lo nuestro; tú fuiste la perfecta tapadera para que siguiéramos viéndonos sin que sospechara". No podía creer tal cinismo, pero seguí escuchando, temiendo una respuesta similar cuando le cuestioné por qué aceptar ser mi esposa. Al ver el desconsuelo en mi rostro, me pidió que ya lo dejará así, que no tenía caso echarle limón a la herida, pero yo quería saber; mi dolor necesitaba estar consciente de la fuente del mismo y, aunque me hacía daño al escucharla, le supliqué que continuara...
- ¿Recuerdas que cuando me pediste matrimonio salí corriendo al baño del restaurante? Fue para hablar con Federico y pedirle consejo ante lo que me proponías; él me aseguró que casarme contigo sería la cubierta perfecta para continuar con lo nuestro y con otros, porque tengo que confesarte que no fue el único con quien me acosté en todo este tiempo y él sabe que no puedo conformarme con un solo hombre. Comprende que tu impotencia y tu pene tan chiquito es algo que una mujer como yo no puede aguantar siendo fiel. ¿De verdad creíste que me iba a conformar con masturbarme el resto de mi vida? Hasta pensé que estabas consciente de mis infidelidades, pero que te hacías pendejo para que no fuera tan evidente -, concluyó con un desparpajo que se acentuaba ...
... conforme pasaban los minutos. Mi incredulidad iba en aumento al escuchar a aquella ranfla hablar como la promiscua que en realidad era. Por fin tenía ante mí a la perra culera que había sido siempre sin el disfraz de novia comprensiva.
La despampanante piruja quiso concluir la plática reafirmando el cese de nuestras relaciones y ofreciéndose como amiga en el futuro; masculló una falsa disculpa y aseguró que se haría cargo de las vergonzosas explicaciones ante la cancelación de la ceremonia de matrimonio, así como me dejaba el departamento para mí con todo lo que tenía adentro, como una muy insuficiente compensación. En cuanto al trabajo, me propuso que siguiéramos como cuando éramos amigos, pidiéndome que no lo afectara con reclamos innecesarios y que nada tenían que ver con nuestras carreras profesionales. Además de cornudo, tenía que actuar como un pendejo al proteger la chamba de la puta de mi ex y de su amante, salvaguardar la estabilidad laboral de las dos personas que me provocaban el dolor más intenso que había sentido en mi vida.
Me quedé en silencio meditando su propuesta. A mi dignidad ya le habían dado los Santos Óleos y descansaba para siempre en una tumba de la que sería imposible resucitar. Mis enormes cuernos pesaban tanto como mi inmensa pendejez al seguir ahí, frente a la furcia que acababa de confesarme sus cornadas como si tal cosa. La amaba con toda el alma e, increíblemente, ese amor y mi definitiva resignación me incitaron a sugerirle que ...