1. La 202


    Fecha: 13/10/2019, Categorías: Tus Relatos Autor: Carom, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... mí acariciando sus pechos, pero fue algo más agresivo, frote sus tetas desde la copa buscando sus pezones, pero la ropa no me dejó encontrarlos. Creo que eso ayudo a calmar la situación. Y busque otro beso haciendo que ella se retorciera hacia mí porque tenía sus caderas sujetas con mis manos.
    Pero poco después,  abandonaba a intervalos mi boca porque comenzó a balancear su cadera, frotando sus nalgas contra mi pene, el cual no había podido reaccionar aún y todavía estaba morcillón. Poco a poco me la ponía más dura, balanceándose y buscando mi boca.
    Sé que de repente fui yo quién la incliné, dejando su trasero junto a mi pene recogiendo su pelo en una coleta para poder besar su cuello, quizá chupar como un animal, pero sé que le gustaba porque su respiración se aceleraba junto a la mía.
    
    Siguió frotándose contra mi pene mientras la mantenía inclinada al sujetarla por el cabello, creo que le gustaba aquella sumisión. Pero no duró mucho. Se percató de la extrema dureza de mi pene y entonces con ademán de que la soltara giró su cabeza y se incorporó a unos centímetros, está vez suspiré yo. Una vez más nos miramos/escudriñamos con deseo camuflado, pero sé podía respirar la tensión que manaba de cada uno. Acercó su mano a mi entrepierna, su nariz a la mía y la mano que le quedaba a mi pecho. -cogeme el coño- dijo, poniéndose de lado para darme espacio.
    
    Y lo hice. Lo deseaba tanto que no me di cuenta de cuando se había desabrochado el botón de sus vaqueros. Mis dedos ...
    ... llegaron fugaces a sus labios menores. Me precipité, y ella lo noto porque se agitó sorprendida, aunque sonreía, lo que confirmaba su permiso y aligeraba el hecho de avergonzarme por tal maniobra de novato. Así que retrocedí y volví a meter mi mano aunque esta vez con delicadeza. Caliente y muy húmedo ya. Reconozco que me alegré. Cómo había dicho: le gustaba.
    
    Entretanto ella ya había jugado con mi pene bastante, agarrándolo, acariciándolo hasta que me transmitió su fascinación dirigiendo esa mirada tan expresiva, comedida y suspicaz para darme a entender que noto la falta de mi testículo izquierdo. No quise  entretenerme más, era suficientemente alta como para apoyarla en el espejo, levantar su rodilla izquierda tras bajarle los vaqueros y besar su coño arrodillado. Esto me encantó. Besé sus labios, pase mi lengua de abajo hacia la mata de pelo recortada que lucía sobre su vulva suavemente sin abrirselos aún. No pude contenerme y bese su vientre varias veces.
    
    Se sujetaba contra el espejo cuando deliberadamente abrió un poco más sus piernas. Así que volví a besar su vulva y pase a buscar sus labios inferiores y luego su clítoris. Con cuidado. Duro. Misterioso. Difícil y atractivo clítoris.
    Quise meter mis dedos pero me levanto tirándome del pelo, me beso hundiendo su lengua en mi boca buscando la complicidad de la mía. Es difícil saber si leyó mi mente o era su manera de ordenarme que pellizcára sus pezones. Apoyó su espalda contra mi pecho y llevo mis manos con las suyas ...