mi esposo y su hermano, que mas puedo pedir?
Fecha: 15/10/2019,
Categorías:
Tabú
Tus Relatos
Autor: casadaperoputa, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... a César a meterse en la fiesta. Pero apenas subió su cuerpo, César se abalanzó sobre mis tetas. Las chupaba, yo aún no sabía qué hacer, aunque claro está me excité muchísimo con aquello. Tras salir de mi estupor unos segundos y dominada por la excitación de estos dos amantes, decidí entregarme al placer. Extendí mi mano para comprobar cómo estaba la verga de mi cuñado. Ya estaba en su punto. Lo masturbaba mientras mi marido me follaba. Como suele pasar, me giré para quedar en cuatro patas. Allí Fernando se aplicó a bombearme con fuerza, en follarme a su gusto, y al mío, aunque esta vez, supongo por el momento, me penetraba con fuerza, casi con furia. César se colocó frente a mí y me colocó en la cara su verga dura. No perdí tiempo en comérmelo, lo chupaba al ritmo de las penetraciones que recibía de mi esposo, quien gemía de placer. Ya a esta altura estaba en éxtasis. Follada ahora por mi esposo, mamándoselo a mi cuñado y por mi mente pasaba como una película la sesión de sexo que había tenido antes. Luego de ser follada de esta manera, Fernando se acostó en la cama y me atrajo para que subiera sobre él. Allí me subí, clavándome su palo en mi dilatada vagina. Seguí con la cabalgata unos segundos, abstraída e ignorando a mi otro amante, hasta que lo sentí detrás de mí, acariciándome, lamiendo mi espalda. Comenzó a montarse detrás de mí hasta colocarse en posición de hacerme una doble penetración. Mientras follaba a mi esposo, César comenzó a acariciar su pene en la entrada, ...
... metiéndose poco a poco. Noté como Fernando, acostado plácidamente debajo, colaboraba quedándose quieto con la maniobra de su hermano que poco antes se había follado a su mujer. Me sentía llena totalmente al tener un pene en mi concha y otro en mi culo. Comenzaron a moverse tímidamente. Me excitaba la sensación, el trío exquisito y ardiente, tenía ganas de acabar pero necesitaba seguir.
César sacó su pene de mi culo, y se quedó arrodillado a un lado, mientras yo seguía montada sobre mi esposo. Él sabe que en esa posición me encanta acabarle. Cabalgué con fuerza, hasta que sentí que tendría un enorme orgasmo, tanto en el interior de mi vagina como en mi clítoris. Allí, ya sin frenos ni límites, grité mi orgasmo, gozándolo al máximo, ajena a mi pecado o a la presencia de mi cuñado.
Lógico que tras esa acabada inmensa, caí sobre mi esposo, quien me movió suavemente para dejarme sobre la cama. Allí se acercó arrodillado sobre mi cuerpo inerte y le hizo una seña a César que evidenciaba que me follara. Sin pensarlo, su hermano se lanzó sobre mí, metiendo sin más su palo en mi ya agotada concha. Lo metió con la evidente actitud de acabarme dentro, de llenarme una vez más de su leche. Mientras me bombeaba con frenesí, mi esposo se masturbaba sobre mi cara. Nunca había permitido que me acabara en la boca, la sola idea siempre me resultó desagradable, pero en ese instante ansiaba que me llenara la boca de su leche. César se colocó de manera de permitirlo, al tiempo de gruñir y bombearme ...