mi esposo y su hermano, que mas puedo pedir?
Fecha: 15/10/2019,
Categorías:
Tabú
Tus Relatos
Autor: casadaperoputa, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... vagina estuviese ya empapada, mis palpitaciones a millón, mis manos temblorosas y sudorosas y mis pezones casi reventaban. Era un mar de contradicciones.
No sé cómo se le ocurrió a César pensar que desnudarse ayudaría, pero acertó. Su próxima acción fue el desnudarse. Se desató sus ajustados jeans y bajó suavemente su ropa, dejando al descubierto un hermoso pene erecto. Era verdad, César estaba muy bien dotado. Me miró fijamente, aunque yo no podía dejar de ver su tremendo cuerpo. Aunque tuve varias parejas antes de Fernando, honestamente no creo haber estado antes con un hombre así. Se zafó con los pies sus tumbados pantalones, su bóxer y sus zapatos, quedando completamente desnudo. Me sonrió con dulzura y se acercó de nuevo, mientras yo, prácticamente al lado de la cama donde Fernando dormía su borrachera, estaba petrificada. Recuerdo muy bien las sensaciones, extrema excitación, podía escuchar mis propios latidos, mi respiración se hizo profunda. Era evidente mi estado. Nuevamente me besó, de nuevo con mucha dulzura. Repetimos con exactitud la escena de los besos apasionados, las caricias, ahora yo acariciaba su torso desnudo, de nuevo metió mano debajo de mi blusa, mi piel se estremecía con sus manos, mis pezones respondían a sus caricias y suaves pellizcos. A diferencia de hace unos minutos, hice yo un gesto, alcé los brazos hacia arriba, como pidiendo que me despojara de la prenda, así lo hizo. También con maestría soltó el sostén. Quedaron al aire mis senos, que ...
... modestia aparte son muy lindos, firmes, redondos, con algunas pecas y con unos bien formados pezones rosados. César quedó extasiado con la vista. Gastó unos segundos que parecieron minutos mirándolos embobado. Reaccionó acercándose a seguir con su rica labor de mamarlos, lamerlos, comérselos. Yo llevaba mi pantalón marrón que me hace buena figura, así que el siguiente paso fue soltarlo. Lo hizo y bajó de un golpe mi pantalón y mi sexi hilo negro que pensaba estrenar con mi esposo, quien ahora dormía al lado de esta escena erótica en la cual no estaba invitado.
Ya desnudos no había más que hacer. Olvidé por completo, aunque suene increíble, siquiera que Fernando estaba allí. César me haló con delicadeza al suelo alfombrado y allí nos entregamos a la pasión. Comenzó a besar mi cuerpo, claro que de nuevo los senos fueron sus predilectos, me los chupó con maestría, fue delicioso sentir la boca de mi cuñado chupar de esa forma mis tetas. Bajó lentamente a mi vientre, a mi vagina completamente depilada y húmeda, deseosa de su boca. Comenzó lamiendo mis labios vaginales, mojados, trémulos de deseo, sentía corrientazos de placer. Yo gemía suavemente, suspiraba con profundidad con cada chupada, cada lengüetazo. De allí paso al interior, al fruto deseado, lamió mi clítoris y sentí que me paralizaba de placer. Solté un sonido desde mi garganta: ¡¡AAAGG!! Sin tomar en cuenta que mi esposo dormía la borrachera arriba de la cama. De los lengüetazos pasó a comerse mi vagina, abría la boca como ...