El precio de mi silencio 4 - Relatos Eróticos

El precio de mi silencio 4

... hubiera corrido una buena distancia, me acomodé en el sillón y levanté una de sus piernas y con la verga en la mano ahora busqué la entrada de su chucha y di un leve empujón y entró fácilmente hasta la mitad por lo mojada que estaba , que rico se sentía ese agujero caliente que ya era mío ahora. 

         Y comenzó el bombeo con fuerza  sentía como ella se lo tragaba todito y pedía más la señora Inés, esa chucha tenía mucha hambre de verga y recibía lo que pedía, luego la levantó y ahora yo me senté en el sofá y ella encima mio y se lo metió todo y comenzó a dar de saltos sobre la verga dura.. 

-! Uffff... así.. qué ricoo.. ¿Te gusta toñitooo? .. mm... ayyyy.. porque a mi encanta sentirte todo dentro de mi.. mmm... ohhh.. ohhh.. ¡

Claro que me gustaba esta pose, la había visto en una revista porno que tenía escondida debajo de mi cama y muchas veces me masturbaba y ahora yo lo estaba disfrutando de un gran culo redondo y grueso, Inés gemia y gritaba como una loca por lo arrecha que estaba. 

-! Así, metemela todo así.. más duro.. soy tu zorra.. ohhh... hazme tuya toñitooo.. mm.. ohhh... ¡

Llegó el momento, estaba a punto de correrme, no sabía si ...

... sacárselo sabía que sí no lo hacía, la podría dejar embarazada pero una parte de mi si quería dejarle toda mi leche adentro.. y más pudo la calentura y zass y me vine dentro de ella. 

-! Ohhh... sii.. mm.. señora Inés que ricoooo... hum. mmm.. ¡

Ella se levantó y de inmediato se puso a mis pies y se metió la verga rápido aún dura en su garganta golosa y lo chupaba con muchas ganas, ella era una mamona que disfruta tener una verga en su boca, ahora mi pene era limpiado por su lengua con mucha destreza. 

-¿  Señora Inés y dígame la verdad logré apagarle el fuego que había prendido en usted..? 

-! Sii Toñito.. totalmente eres muy buen bombero..  ya no voy a necesitar los servicios de Moisés para nada mañana tú eres quién va ayudarme a regresar del mercado y quiero esté servicio adicional también ¡

Acomodé mis ropas y salí de su casa ya había recobrado una cliente más ahora había que seguir vigilando a Moisés, había empezado la guerra por mi negocio ahora no solo era juntar dinero para comprar mi playstation sino también ahora que había probado de ellas para seguir disfrutando de mis vecinas como dice el refrán en el amor y la guerra todo se vale.