1. Mi querido padre y yo...


    Fecha: 21/11/2019, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Nara Romero, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Anita tenía 17 años. Era una chica feliz y muy hiperactiva, por eso a lo largo de su vida había práctico muchos deportes. Actualmente practicaba atletismo. 
    
    Su padre era la definición de buena persona y sobre todo amable. Le gustaba ayudar a las personas sin esperar nada a cabio. Tenía 48 años y hace dos años, había perdido su mujer en un accidente automovilístico. En ese momento se fue a vivir a México para escapar del dolor que devoraba en su interior. No quería que su hija le viera sufriendo. Cayó en una profunda depresión, pero tuvo que recomponerse por su hija, quien en esos tiempos vivía con su tía Brenda. Fue a tratamiento, no pasaba ni un día con el cual no hablaba con su hija por teléfono, y incluso conoció a su novia actual, con la que hace cuatro  meses esta junto, pero con la que nunca había hecho más que darse unos cachondos besos. 
    
    Era hora de volver a casa. Su trabajo le habían ascendido y le habían dado la oportunidad trabjar en España, su país natal. Después de dos largos años no había visto a su familia, la echaba muchismo de menos. Y se alegro mucho cuando Brenda le abrió la puerta, recibiendole con una enorme sonrisa. 
    
    -Hermanito! 
    
    Grito llena de alegría abrazando a su hermano mayor, quien aunque su edad avanzada, no parecía haber envejecido ni un pelo, sólo estabas un poco más moreno y parecía estar más feliz. 
    
    -¿Por qué no me has dicho que volverías hoy? 
    
    -Quería daros una sorpresa a las dos. Por cierto, ¿Donde está mi hija? ...
    ... 
    
    -Seguramente en vuestra casa. Decía que sentía que volverías pronto, últimamente ha pasado mucho tiempo allí recogiendo y decorandolo todo. Parece que tenía razón... 
    
    Me parecía admirador y muy tierno de su parte que hiciera eso. Le  había dicho la última vez que charlamos por teléfono, que nos veríamos muy  pronto. Por lo que veo, se tomó esa frase muy en serio. 
    
    -Entonces iré para allá.
    
    -No te sorprendas si tampoco la encuentras allí. Puede que este...
    
    -En sus entrenamientos, lo sé Brenda. 
    
    -Millones de metros de distancia y sigues conociendola mejor que yo... 
    
    -Sigo siendo su padre, Brenda. 
    
    Digo mientras entro en su casa donde bebemos un café. Me cuenta como a sido el tiempo con Anita, diciéndome que se ha comportado bien aunque a veces le moleste que sea tan inquieta y haga travesuras. Me conto que echaría de menos vivir con ella ya que siempre le alegraba las mañanas con su sonrisa, sus charlas y con las ayudas del trabajo de la casa. Y al final me dijo que se pasaría de vez en cuando para visitarnos y hacer pequeñas cenas familiares. 
    
    Luego subimos a la habiatcion de Anita, olía... Olía a ella. Veía sus fotos de ella con sus amigas, haciendo deporte, en excursiones... En eso  momento sentí tristeza. Melancolía y arrepentimeito por haberme perdido tanto de ella. Claro, que me contaba todo sus problemas y sus ilusiones por teléfono. Pero igualmente yo no estaba aquí presente, dándole un abrazo en forma de apoyo en sus peores y mejores momentos. Agarre ...
«12»