1. Mi iniciación.


    Fecha: 23/11/2019, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... gustó como lo metían y lo sacaban, pero nada comparable con el primero. El último de la misma edad, pero más chaparro, le apodaban “la chirina”, me hizo ponerme a gatas. En esa posición la sensación fue algo diferente o tal vez era que la verga la tenía más grande, el caso es que sentía que llegaba más adentro, lo que me dio más placer que los 2 anteriores y con éste, algo nuevo sucedió.
    Me estuvo cogiendo más rato que los 2 anteriores y al final, luego de un pujido que dio, sentí que me llenaba de líquido caliente, mucho líquido, tanto que sin poder aguantarme, solté un chorro aun teniendo la verga adentro, por lo que todo cayó en su ropa y cuerpo. En cuanto “la chirina” se sintió mojado, se salió de súbito, pero recibió todo el resto en su ropa. Era que, a manera de eyaculación, se había orinado dentro de mí y en el pecado llevó su penitencia porque, hasta el semen que había recibido del primero ya diluida con algo de excremento, se le quedó embarrado en su ropa y cuerpo.
    Riéndose por lo sucedido, la pandilla se fue corriendo dejándome solo y sin la ropa de la cintura para abajo, vi que con cierta dificultad medio limpió su ropa y se la acomodó para luego retirarse. Yo me quedé un buen rato, descansando y disfrutando aún de aquella bendita violación. Luego de vestirme no fui capaz de ...
    ... regresar al salón de clase y me escapé brincando el pequeño muro. Me fui a casa con el gran temor de que me descubrieran y sin más, me subí a la azotea y ahí me quedé dormido hasta ya entrada la tarde que me despertaron los gritos de mis hermanos que no me encontraban por ningún lado.
    Al siguiente día no me atrevía ir a la escuela, me invadieron sentimientos encontrados: Por un lado, tenía miedo de que me agarrara la pandilla nuevamente y por otro sentía ganas de que me lo volviera hacer el “Balta”, así le decían al que me estrenó.
    Me siguieron cogiendo todo el año escolar, pero para mí ya no fueron violaciones. Con el tiempo formé parte de la pandilla y sin querer queriendo, terminamos cogiéndonos unos a otros. Nunca pude cogerme al Balta, pero ni falta que hizo, con que él me lo hiciera era más que suficiente. Le tomé sabor al asunto y así fui feliz durante más de 4 años que duró el juego. Ya para entonces no era el niño debilucho y llorón de antes, ya era un cabrón bien hecho. Parece que no, pero con lo que me hizo e hice con la pandilla, todo en mi cambió, tanto en mi carácter como en mi constitución física. 
    Luego, a los 2 años de “la violación”, cuando tenía 10 años, apareció Nato, un señor invidente de unos 50 años. Una de las mejores y más provechosas experiencias de mi vida.
     
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