Por fin se hizo la machaca con Hilario. - Relatos Eróticos

Por fin se hizo la machaca con Hilario.

... hasta su raíz o más si fuera posible.
Si que era mucho el deseo de Hilario de metérmela porque a pesar de que ya se había vaciado con la jalada previa, me echó tantos mecos que sentí que el liquido me llegó hasta el colon y era tanto el placer de tener ese viscoso y caliente líquido dentro de mi, que deseaba que se diluyera en toda mi economía corporal y ahí se quedara para siempre, pero el cuerpo es el cuerpo, él mismo se encarga de sacar todo lo que entra, luego de haber cumplido su cometido.
Ya que terminó, quiso sacarlo, pero lo detuve tomándolo firmemente de las nalgas con ambas manos y así lo tuve dentro hasta que solo se fue saliendo conforme la erección iba desapareciendo, Cuando sentí que iba saliendo, le di un jalón hacia mi para que entrara lo que aún no había salido y el me asegundó empujando hasta que sentí su cabellera púbica. Los dos quedamos tan exhaustos como complacidos, sentados en el tronco uno al lado del otro. Todavía tuve el placer de agarrar su húmeda verga con una de mis manos y así la tuve hasta, no la solté ni cuando ya se le había bajado la erección pues disfrutaba sosteniendo y acariciando ese rollo de carne siempre caliente y grande a pesar de su flacides. Con tan semejante y agradable faena, quedé un poco adolorido y él exhausto y jadeante, pero ambos satisfechos por la complacencia que nos habíamos brindado.
En ese verano siguieron esas sesiones tan seguido como nos era posible, guardando siempre la distancia para conservar la debida discreción. Al cabo de un año, regresé y me encontré que ya se había casado. No aguantó la calentura de meterlo en algún hoyo y no encontró otro que el de una novia que le cayó, la embarazó y los casaron.