Putita... Vamos de viaje - Relatos Eróticos

Putita... Vamos de viaje

... aliento cerca de mi oreja y mi cuello me hicieron sentir rico, y por eso no deje de masturbarme, aun sintiendo su mano sobre la mía, - ¿Te gusta lo que estás sintiendo, linda? – me pregunta acariciando mis manos que acariciaban a su vez, toda mi vulva. – Si, señor – le respondo, - Que niñita tan putita, ¿Te gustaría que el abuelo Pedro te ayudara? – me decía sin ningún tipo de escrúpulo, era un viejo verde asqueroso, y eso me excitaba, - Si, señor- le respondí nuevamente mientras levantaba mi mantita y tomando su mano, la coloque inmediatamente sobre mi vulva toda mojada, - Tienes la conchita toda babosa, putita, que rica- me decía – que rico se siente tu clítoris, putita-, mientras yo jadeaba lo más silenciosa posible, sonreía y sentía que mis ojos se ponían blancos.
Tomé mis piernas a la altura de las rodillas, las subí y las abrí lo mas posible, - pareces una perra en celo, ¿eres una perrita en celo?- me preguntaba, - Sii… abuelo, soy una perra- le respondía, sabía que eso le gustaba a los viejos asquerosos, lo había visto en una revista para adultos de mi padrino una vez en su casa. El viejo, comenzó a tocarme el clítoris muy muy rápido, y me produjo un orgasmo exquisito en el asiento del bus, que disfrute sacando la lengua y jadeando como perra, contorsionando mi espalda y abriendo las piernas de manera exagerada, dejando todo el suelo mojado.
Don Pedro tomó su mantita para secar el suelo y me hizo colocar de lado, para taparme como corresponde para que durmiera, me dio las buenas noches tratándome de puta, a lo que yo me volteé, le agarre el tremendo bulto, todo duro, que tenía entre las piernas y le lami la boca y la cara, para terminar en un beso. El solo se sonrió y me dejó dormir.
Lo único que lamento de esa noche es que no me dejo ver su pene.