1. Venancio el viejo tendero.


    Fecha: 01/01/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... había quedado ciego en aquel accidente, no había vuelto a follar ni a ser follado, buscar quien te diera por el culo, se había puesto prácticamente imposible. Ser ciego y gay, y querer tener intimidad y privacidad, es muy complicado. Además, está el que la gente se aparta como si los fueses contagiar, así que esa noche aprovecharía y me dejaría dar por el culo todas las veces que el viejo tendero quisiera. No es que fuese la persona que deseara, pero mi culo estaba desde hace mucho tiempo necesitado de una polla que le diese placer. 
    
      Ven mi niño, siéntate sobre mi, y deja que te vaya metiendo la polla en el culito tan bonito que tienes.
    
       Me puse de pie, y pasando entre sus piernas, me coloqué sobre él. Espera, abre el culo con las manos, y ve sentándote poco a poco.
       Así lo hice, y poco a poco se fue metiendo de nuevo aquella polla dentro de mi culo.
       Así, así, ya la tienes toda dentro, ahora ve subiendo y bajando con cuidado para que no te salga.
    
      Apoyándome sobre la mesa, iba subiendo y bajando sobre aquella polla que estaba dentro de mí. 
       Cada vez iba cogiendo más ritmo, y ahora ya era como si estuviera cabalgando. Mi polla ya soltaba alguna gota de semen, y es que la polla del viejo tendero no paraba de rozar mi próstata y me estaba haciendo gozar otra vez, como hacía poco tiempo que lo había hecho. Era un placer que hacía algo más de 5 años que no sentía. Como echaba en falta sentir de nuevo aquel placer.
    
       Llevaba un buen rato cabalgando ...
    ... sobre aquella polla que tanto placer me estaba haciendo sentir de nuevo, cuando de nuevo me volví a correr, ¡ooooohhhhh! Me corro, ¡ooooohhhh! me corro, Me estoy corriendo.
       Así mi niño, así, goza y deja que salga tu lechita. Ya Veras como te va a hacer gozar esta noche este pobre viejo.
       Cuando terminé de correrme, tuve que parar de cabalgar sobre aquella polla, ya que las piernas me temblaban, y apenas tenía fuerzas para levantarme.
       Descansa un poquito, me decía el viejo mientras seguía con su polla dentro de mi culo, a la vez que con su mano me acariciaba la polla, y su boca me besaba por toda la espalda.
    
       No puedo más le dije al viejo, me tiemblan las piernas y apenas tengo fuerzas.
      Levántate me pidió el viejo, vamos a cambiar de posición para que estés más cómodo.
    
       Me levanté dejando que el viejo saliera del banco en que nos encontrábamos, y llevándome por la mano, me colocó junto a la mesa. Espera que voy a apartar lo que hay en la mesa, me pidió. O prefieres que subamos y sigamos en la cama.
       No, le contesté, si quieres en la cama, lo hacemos otro día. Es que hoy ya es tarde y estoy algo cansado, y seguro que al final me quedo dormido.
       Te dicen algo en casa, me preguntó el viejo. No, pero no me gusta que sepan donde estoy y que es lo que hago.
    
       Me cogió por la cintura, y apoyando mi culo sobre la mesa, me empezó a besar, para seguir por el pecho, parándose en las tetillas. Luego me sujetó por las piernas y me hizo sentarme sobre la mesa. ...
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