1. La reeducación de Areana (9)


    Fecha: 20/11/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... lentamente su rostro a esa conchita adolescente de la cual manaba abundante flujo, metió en el ano de la niña primero el dedo medio y después el índice, hasta los nudillos. Areana dio un respingo, sorprendida por el asalto, luego se abandonó entre gemidos al intenso placer que esos dedos le deparaban, y gritó cuando la lengua de Elena se hundió a fondo entre los labios externos de su concha y comenzó a deslizarse de un extremo al otro una y otra vez hasta recalar en el clítoris, que afuera del capullo era casi piedra de tan duro. Ardiendo como estaba, la sumisita tardó muy poco en disolverse en el orgasmo, que produjo una abundante eyaculación bebida hasta la última gota por Elena mientras Areana jadeaba roncamente, saciada por fin.
    
    ……………
    
    Mientras tanto, Amalia comenzaba el adiestramiento de Eva. Debió darle una bofetada y amenazarla con castigos terribles para que la pobre mujer, pacata como era, obedeciera la orden de desnudarse. Lo hizo entre sollozos, mientras Amalia, Milena y Marisa la devoraban con los ojos. Por fin exhibió sin velos su espléndida belleza madura y recibió dos bofetadas más cuando cruzó un brazo sobre sus pechos y puso una mano sobre la concha.
    
    -¿Va a seguir portándose mal, perra estúpida? –la reprendió Amalia.
    
    -Perdón, es que… Por favor, compréndame, Amalia, mi…
    
    -¡Señora Amalia! –corrigió enérgica la dueña de casa.
    
    -Sí, perdón… Perdón, señora Amalia, es que… esto es tan nuevo y sorprendente… Mi vida ha dado un giro de 180 ...
    ... grados…
    
    -Supongo que tiene en claro que su vida ya no volverá a ser lo que era.
    
    -Tengo miedo, pero… pero sí… sé que ya no volveré a ser esa Eva que fui… Que… que mi vida ha cambiado para siempre…
    
    -Tiene miedo pero también está excitada… ¿Me equivoco, perra?...
    
    Eva sentía un temblor interior cada vez que Amalia la llamada “perra” y esa conmoción profunda se acentuó ante la afirmación que acababa de escuchar. Vaciló un momento y luego dijo en voz muy baja:
    
    -No, señora Amalia… No se equivoca…
    
    -Bien, ahora voy a enseñarle cómo debe pararse. Junte las piernas. Eso es. Agache la cabeza. Muy bien, perra. Ponga las manos en la nuca. ¡Perfecto!. Grabe esta postura en su mente de perra, así debe pararse cada vez que se le ordene estar de pie. ¿Entendido?
    
    -Sí, señora Amalia…
    
    -Ahora siéntese en el sofá.
    
    Eva obedeció y cuando estuvo sentada Amalia le dijo:
    
    -Baje la cabeza, junte las rodillas, ponga las palmas de las manos en los muslos. Muy bien, ésta es la manera de sentarse.
    
    Ahora párese y camine hasta la ventana, despacio, con la cabeza gacha y las manos en la nuca. –ordenó Amalia y Eva obedeció. Llegó a la ventana y allí escuchó la siguiente orden de Amalia:
    
    -Vuelva acá. –y Eva volvió caminando según lo indicado mientras Milena y Marisa seguían la situación muy mojadas y tocándose disimuladamente.
    
    -Está para comerla cruda… -murmuró la mujerona al oído de Milena.
    
    -Cuando la agarre la mato… -contestó la joven asistente en un susurro.
    
    -Ustedes. –les dijo ...
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