mí primer grupal muy joven - Relatos Eróticos

mí primer grupal muy joven

... malo pasaría y que me gustaría. Y así fue. Se acercó a unos de los tipos y me fue sacando su verga sin bajarme del suelo y me fue sentando sobre el hombre que estaba en unos de los sillones para que me la enterrara toda. Gemí y esto enloqueció al tipo que de un envión la metió hasta el fondo y tomándome de la cintura comenzó a subirme y bajarme de su rica pija y papá ya había puesto la suya en mí boca.
Distinto fueron los demás con respecto a los chicos amigos de mí hermano. Estos no dudaron en acercarse y tocarme toda y pedir que se las fuera chupando uno a uno. El macho que me penetraba me hizo parar y mis piernas temblaban y me ubicó en cuatro patitas en el sofá y así fueron culiandome uno a uno mientras les comía la pija a otros dos a la vez. Todos buscaban besarme y no me negaba pues eso me ponía más caliente y ya totalmente desatada buscaba la boca del que me estuviera cojiendo dándome vuelta y acariciba sus glúteos acompañando el vaivén con el que me culiaban cosa que había aprendido de las películas y hacia con mí papá y mí hermano cuando me hacían el amor.
Luego todos sentados fueron pasándome de a uno sentada de espalda a ellos para al último terminar otra vez en cuatro patas y así ...

... fueron dándome rica leche en mí colita y mí boquita.
Exhausta mí papi me llevo a la cama y caí rendida en un profundo sueño.
Luego de esa vez comenzó a ser frecuente que papá o mí hermano vinieran con uno o más amigos para darme placer. Otras veces papá me llamaba por teléfono para avisarme que iría a casa algún conocido suyo mientras estaba solita. Tiempo después descubrí que hacía negocios conmigo lo cual me llenó de satisfacción.
Mí comportamiento al llegar algún extraño era normal al principio pues no sabía para qué iban a casa pero al percibir sus acosos yo me dejaba llevar y entregada al deseo. Cómo siempre iba con ropita diminuta no perdían tiempo hasta meterme mano en la colita y en breve tenerme sentada en su regazo besándonos muy rico para luego quedar totalmente desnudita recibiendo sus vergas. 
Papá ya tenía muy claro cuánto deseaba que mis pechos crecieran más aún y a mis 14 años contactó un cirujano clandestino para ponerme unas deliciosas tetas de 100cm que con mí pequeño pero voluptuoso cuerpecito fui el delirio de quién me poseía. Todo esto gracias a acordar con el cirujano que también podría probarlas y así fue a mí casa y me hicieron la colita junto a papi y mí hermano.