1. Me costó, pero lo hice mío


    Fecha: 21/11/2017, Categorías: Infidelidad Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues

    No lo pensé más y me decidí en engañar a mi esposo. El es un hombre maravilloso, lindo, esbelto, un pene de esos que tienen los actores porno, grande, circuncidado, duro, la verdad es que con los años que llevamos aún me estremece sentir que entra en mi cuerpo. Llegó al edificio un chico nuevo a vivir. Tiene diez años menos que yo (yo tengo 39 y mi esposo 42). Cuando era chica, mi sueño era ser poseída por un hombre mayor y ahora, que soy mayor, quise estar con un menor. Mi vida iba bien, jamás creí que el deseo iba a concretarse en verdad, creí que eso iba a quedar en fantasía porque mi matrimonio va de viento en popa. Desconozco si mi marido ha tenido algún affaire. No digo eso porque pienso sacar las culpas (que no las tengo), sino porque si realmente lo ha hecho, no lo podría encarar en nada. Este chico llegó a Santiago de Chile por temas de estudio. Un día me lo topé en el ascensor y lo saludé, cómo normalmente se hace cuando se comparte ese espacio. Me di cuenta que era del mismo piso porque era el número que estaba marcado. "Mira", dije yo. "No sabía que teníamos vecinos nuevos" - bueno, soy solo y llevo casi un mes viviendo acá. - en serio! Ni idea que llevabas un buen tiempo viviendo acá. - jaja, bueno, ya sabe ya. Me llamo Camilo. - yo soy Catalina. - un gusto. Bueno, me tengo que entrar. - si, si, no te interrumpo más. - cuídese. - tu también. Me gustó de inmediato, pero no pasó más allá que un pensamiento. Pasaron los días, me lo topaba en el supermercado, en ...
    ... el ascensor, y de a poco nos fuimos conociendo más. Un día, en verano, bajé a la piscina. Cómo estaba sin trabajo, buscaba algo en las mañanas y en las tardes me iba a broncear. Fue ahí cuando lo vi. Traje de baño rojos, cuerpo desarrollado, semi tostado, Dios mío. Realmente lo deseaba. Se me acercó y como pocas veces, me puse nerviosa. Yo soy una mujer de carácter fuerte y los hombres se alejan de mi por mi carácter, pero esta vez estaba como una adolescente. Yo creo que Camilo notó mi nerviosismo. Y al estar de esa forma, el tomó la iniciativa de la conversa y esa actitud tan decidida, tan rebelde me hizo estar más nerviosa aún y a veces me tomaba el pelo, se me secaba la boca, tartamudeaba. Que me pasó! No entiendo. Conversamos mucho esa tarde y cuando ya le dije que iba a subir, el me acompañó. - estás bien? Me dijo él. - vaya, ahora me tuteas. - bueno, siempre me incomodó el trato tan de usted. Además, ya nos conocemos de hace rato,no crees? - jaja, la chiva mala para tutearme. - jaja, sirvió igual. Cuando nos metimos al ascensor, el se acercó para ver mi reacción. Mi corazón se me iba a salir. Le hubiese sacado la ropa ahí mismo, pero debía controlarme. Quería llegar luego al piso 23, pero a la vez no quería llegar, era una locura. Me despedí y esta vez me dio un beso en la mejilla. Me invitó a pasar pero le dije que no, que sabía que no era lo indicado porque estaba casada. Me entré rápido a la casa y me bañé. Me entró el diablo y las ganas de hacerlo mío ya estaba ...
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