1. Pasó un verano


    Fecha: 21/11/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... labios rozaron aquel sonrosado y húmedo capullo. Él debió darse cuenta de mi "inconsciente deseo" y debió decidir el aprovechar la ocasión al instante, por lo que sentí una presión mas prolongada de su capullo contra mi boca, restregando contra mis labios entreabiertos las primera gotas de su fluido preseminal, de tal forma que llenaron mis labios de aquel jugoso líquido. La presión aumentó durante unos segundos, hasta que venció mi voluntad y aquel precioso pene entró suavemente en toda mi cavidad bucal, amparado por mis labios y mi lengua que, intentaban captar la sensación y el sabor de cada milímetro de la piel de aquella majestuosa polla.Su pene entraba y salía lentamente de mi boca, buscando en cada suave impulso un momento de placer, impulsos que contribuían a que éste aumentara de tamaño hasta casi invadirme por entero. Yo me afanaba en acariciar su polla con mis labios y mi lengua, llenándome de sus jugos, y permitiéndole que hiciera cuanto quería.Aquel vaivén no duró mucho, pues al tercer o cuarto impulso, sentí que su cuerpo se contraía, se detenía bruscamente y apretaba todas sus caderas contra mí. Un nuevo sabor comenzó a inundar mi boca; a cada impulso de su eyaculación mi boca se llenaba de aquel maravilloso líquido, hasta que al tercer espasmo no pude aguantar más y comenzó a derramarse por las aberturas mis labios. Un momento después, ya vertido toso su jugo, pareció inmovilizarse, intentando extraer su ...
    ... polla de mi boca, que la aprisionaba para agotar hasta la última gota de semen. Junto con el aún duro pene salió gran parte de su leche, que acabó de llenar las partes de mi cara que aún estaban secas.Ya controlado, se recostó nuevamente sobre la cama, deslizándose hasta ponerse a mi altura. Su mano recorrió mi cuerpo hasta llegar a mi pene erecto, al que cogió con suavidad comenzando a moverlo rítmicamente a la vez que acariciaba mis testículos, desde la base del pene hasta el ano, aun con incipiente vello. Mi erección era total, dejándome llevar por las sensaciones que él me producía. Cuando creí que ya no podría controlarme, él se incorporó, acercó su cara a mi polla e introdujo esta en su boca, continuando con el rítmico masaje hasta que, sin poder aguantar más, eyaculé en su boca como él lo había hecho unos momentos antes conmigo. Bebió toda mi leche a la vez que seguía moviendo arriba y abajo su boca y su lengua hasta que, sin poder resistir más aquella sensación, con mi mano aparté su cabeza de mi vientre. Se tumbó de espaldas, agotado como yo, a mi lado, rozándonos, hasta que un placentero sueño nos invadió por segunda vez en aquella tarde de verano.Cuando desperté estaba sólo en la habitación. El único rastro de mi primo Alberto eran unas pequeñas manchas de semen, ya seco, que adornaban mi almohada. Me levanté, me vestí y salí a ver qué nos deparaba aquel verano, en aquel pueblo de las montañas cerca de la capital. 
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