Noches caribeñas - Relatos Eróticos

Noches caribeñas

Mi nombre es Francisco, tengo 23 años, y lo que les voy a contar sucedió hace un año, fue un punto de inflexión en mi vida.

Llegó el verano y mis padres junto a nuestros vecinos María y Javier organizaron un viaje al Caribe, a un típico resort para turistas con todas las comodidades. A nosotros no nos gustan mucho este tipo de vacaciones de playa, piscina y tomar el sol todo el día, pero mis padres accedieron por probarlo animados por el otro matrimonio, que ya en varias ocasiones había pasado el verano allí.

Aterrizamos al otro lado del charco y una pequeña embarcación nos llevó hasta una de las numerosas pequeñas islas del lugar, donde se ubicaba el resort, allí íbamos a pasar los próximos 20 días. Me gustó más de lo que esperaba, porque al llegar vi que no se trataba del típico hotel grande lleno de gente de todas partes donde tu intimidad es relativa, la isla tenía una serie de zonas públicas como piscinas, gimnasio, restaurantes, discoteca e incluso un pequeño recinto en el que se podían ver recintos y actuaciones, pero los alojamientos consistían en una serie de bungalows repartidos por el terreno. El personal nos llevó hasta los nuestros en una especie de carritos de golf, se trataban de dos cabañas de madera prácticamente pegadas, una para nosotros y otra para nuestros vecinos, con un pequeño jacuzzi común fuera, tenían las comodidades justas, no se echaba de menos nada, lo único un poco raro era que cada cabaña tenía su respectiva ducha detrás de la casa ...

... montada con unas cañas de bambú alrededor para que no se vea a quien está dentro.

Los dos primeros días estuve entretenido visitando los diferentes lugares de aquella paradisíaca isla, pero al no ser muy grande no tardé en tenerlo todo visto. Mi madre se pasaba el día con María por ahí tomando el sol, mientras que mi padre y Javier hacían la ronda mañana y tarde tomando cervezas por los diferentes chiringuitos, algunos ratos iba con ellos pero me aburría enseguida, así que me limitaba a deambular de aquí para allá, darme algún baño en las piscinas o en nuestro jacuzzi para soportar el calor caribeño.

Por las noches, nos juntábamos los cinco para cenar en la terraza de uno de los dos bungalows, y después se iban todos a tomar algo y ver algún espectáculo, concierto, película o lo que hubiese, mientras que yo prefería quedarme y darme un baño nocturno a la intemperie en el jacuzzi o irme a dormir, y aprovechar para masturbarme y relajarme en paz. La noche del quinto día me disponía a hacer esto precisamente, puse la intensidad de las burbujas a tope para que desde fuera no se vea que me la estoy pelando y me metí en el agua, me bajé el bañador un poco y comencé a masturbarme, llevaba un rato de placer cuando oigo que alguien me llama:

-Hola Fran!!! 
-Hola Mari -dije tenso y disimulando- pensé que te habías ido con mis padres y Javi
-No he ido con ellos hoy porque estoy reventada y me apetecía descansar, pero antes de acostarme un bañito contigo igual si que me doy, como ...