El semental de confianza -4 (Final)
Fecha: 22/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... Ana. Estaba casi segura que la iba a exponer. Cruzó su mirada con la del albañil, quien solo le sonrió.
“Ay Ramón, es bien chico tu hijo”, dijo Patricia.
Ana y Ramón se volvieron a mirar. “Si supiera las culeadas que le metió a su hija”, pensó él. Ana le pidió que se callara con la mirada.
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Ana y Claudia fueron a despedir al aeropuerto a sus padres. Patty se quedó en casa de Ana con los niños.
Cuando regresaban, Ana contó a su hermana mayor los pormenores del día anterior.
“¡Te va a hacer pedazos Clau!”, le aseguró Ana.
No pasaba por la cabeza de Claudia hacer una orgía con sus hermanas. Ana respetó el deseo de Ramón de tenerla toda la tarde para él solo, sin nadie más.
Llegaron a casa de Ana y pasaron. Extrañamente, Ramón trabajaba mientras Patty cuidaba a los niños. Era obvio que se la había cogido, a solas por primera vez.
Ana dejó solos a Ramón y Claudia.
Mientras las dos hermanas platicaban en el cuarto de los niños. “Me cogió como conejo. Me echó todo en la panocha”, dijo Patty.
La cara de asombro y preocupación de Ana fue acallada por Patty: “tomo pastillas desde hace algún tiempo, no te preocupes”.
“Aquí traigo todo. Al ratito te lo doy”, le dijo. Ambas sonrieron.
Claudia apareció y les dijo que se retiraban. Subieron al automóvil de Ana. Condujo Claudia para no despertar sospechas entre los vecinos.
Cuando llegaron a la casa de los padres, bajo ella primero. Abrió la puerta y pasó al vestíbulo. ...
... Ramón se reunió con ella segundos después.
Se abrazaron y se besaron tras su frustrado encuentro días atrás.
“¡Si supieras lo puta que resultó la intrusa de tu hermanita!”, fue lo primero que dijo Ramón, mientras Claudia se desnudaba.
“¡Hazme tuya, toda, toda tuya!”, le respondió Claudia.
Una vez desnuda, Ramón la cargó como si fueran recién casados y la llevó a la recámara de sus padres.
“Le dije a tu señora madre que te iba a culear aquí”, dijo él, al entrar a la lujosa habitación. La lanzó sobre la cama y comenzó a desnudarse.
Claudia se incorporó un poco para desfrutar mejor la vista de su garañón preparándose para hacerla suya, sin quitar su vista del enorme y obscuro pene que campaneaba entre sus muslos.
La suerte de Claudia estaba echada: esa tarde acabarían sus planes de llegar virgen al matrimonio.
Ramón se recostó a su lado y de inmediato, Claudia comenzó a mamarle el gigantesco tronco, deleitándose, sin la preocupación de algún intruso que frustrara sus planes. Tenía tres días más para darle rienda suelta a su reprimida pasión.
Claudia se puso de lado, momentos más tarde. Ramón la encañonó en el ano con su ensalivado miembro, haciéndola sentir el éxtasis de una ardiente experiencia que fue truncada.
Claudia tomó el pene con su mano, asegurando una suave y lenta penetración en el ano, mientras Ramón empujaba despacio pero firme, comenzando a sentir como la llenaba, disfrutando el dolor que significaba. Cuando la tenía ensartada a la mitad, ...