1. El semental de confianza -4 (Final)


    Fecha: 22/11/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... tomar aire de nuevo, con sus clásicos hilos de baba entre su boca y el pene del albañil.
    
    “Creo que eso acaba con la duda de quién la mama mejor”, les dijo sonriente, mientras Ramón acariciaba su pelo.
    
    Mientras Ana lamía el bulboso glande, Ramón confirmó: “creo que sí, definitivamente, ninguna lo hace como tú, mamacita. “¡Vean y aprendan putitas!”, dijo a las dos hermanas.
    
    “Ahora sí, mis reinas, quiero probar sus culitos”, dijo Ramón.
    
    Las tres hermanas se voltearon. Impacientes, subían y bajaban sus bellos traseros, mientras Ramón las golpeaba con el pene, moviéndose de un extremo al otro, como si se tratara de una marimba. Luego comenzó a impregnar su pene con la baba vaginal de cada una, sobando sus vulvas con el glande, haciéndolas suspirar.
    
    Las invitó a probarse. Las tres hermanas se arrodillaron alrededor del pene de su garañón, y comenzaron a lamerlo. Patty y Ana comenzaron a intercambiar los jugos con sus lenguas, mientras Claudia se mostraba renuente. Ramón empujó su cabeza y no tuvo más remedio que participar en el festín.
    
    Parecían cachorros bebiendo leche de una vasija, acompañados por los gemidos del caliente albañil.
    
    Estaban en perfecto acople: Una lamía por debajo, otra los enormes testículos, mientras otra trataba de devorar el pene por la cabeza, turnándose, llevando a Ramón a un éxtasis incontrolable. Le pidió a Claudia que se trepara en el sofá. Lo esperaba, concentrando su sensibilidad en su ano. Ramón se acercó por detrás, lo frotó con ...
    ... su glande, lubricándolo aún más, pero de un certero movimiento, la ensartó por la vagina, haciéndola gritar. Se quiso separar, pero Ramón tiró de sus caderas y la penetró hasta el fondo, atrapándola con su gran fuerza, ignorando sus gritos e inminente llanto. La liberaba un poco y la volvía a jalar, hasta que los gritos se convirtieron en placenteros gemidos y jadeos.
    
    “¡Pura verga que llegaste virgen al matrimonio, putita! ¡No te me ibas a ir viva!”, dijo Ramón con aire de triunfo.
    
    “¿Ves? ¿Ves muñequita?”… “así preciosura, así”, dijo Ramón cuando Claudia comenzó a gemir de placer. “Tranquila, disfruta mi verga”.
    
    Claudia curveó su trasero lo más que pudo hacia Ramón, deleitando su vista y la de sus hermanas: la santurrona había sucumbido yá en su totalidad, pidiéndole que le diera más y más, hasta hacerla experimentar el más intenso orgasmo de su vida, ya completamente liberada de su aburrida forma de ser.
    
    A partir de ese momento, Claudia sería otra. Su primera vez por la vagina fue inolvidable, inobjetable. Ramón no consideró algún posible dolor, simplemente la hizo suya seguro de que la trastornaría.
    
    Culminada su hazaña, Ramón se recostó en la alfombra. Las tres siguieron deleitándose con su inalterada erección. Claudia no paraba de alabar su destreza, su tamaño y la forma en que la hizo suya.
    
    La primera en sentarse en él fue Ana, haciendo varias sentadillas con su bello trasero envolviendo la gigantesca golosina con el ano. Se levantó, la reemplazó Claudia ...