Una desesperada última noche juntos - Relatos Eróticos

Una desesperada última noche juntos

... Justo antes de que golpeara, él le agarró la muñeca. Más tarde, ninguno de los dos pudo decir quién se movió primero. Estaban en los brazos del otro, sus labios estaban tan apretados que encontraron moretones por la mañana, sus lenguas estaban sondeando la boca del otro. Él le subió la falda corta de mezclilla. Ella se topó con su cinturón. Él le metió la mano debajo de las bragas y le apretó su redondo y carnoso culo. Ella le bajó la cremallera y le apretó la verga a través de sus calzoncillos.

¿Ella lo tiró hacia atrás y cayó en el sofá andrajoso, o él la empujó hacia abajo? Realmente no importó. El apartó de la entrepierna sus calzones y ella le liberó la verga. ¿Lo guió ella entre sus labios hinchados y dentro de su chocho, o él la golpeó con su dura verga? En realidad no importaba.

No tomó mucho tiempo. Apoyando sus pies en el suelo para hacer palanca, le metió la verga en la concha. Ella le clavó las uñas en la espalda y le envolvió las piernas, casi cayéndose del sofá. En menos de un minuto, se puso tenso, derramando su semen en ella, cayendo sobre ella como un peso muerto. Ella le empujó y rodó desde debajo de él. Él la miró y empezó a decir: "Mamá, lo siento, yo...." ella lo miró fijamente y levantó la mano, cortándole antes de darse la vuelta y dirigirse a su dormitorio.



* * * * *



A la mañana siguiente se paró en la mesa, bebiendo su café. De espaldas a él, dijo: "Como esta es tu última noche en casa, deberíamos salir todos a comer". Vayamos a ...

... La Posada cuando salga del trabajo. ¿Le dirás a tu hermano cuando regrese de su pijamada? "Claro", dijo, "Mira, mamá, lo siento. No sé lo que pasó. No volverá a suceder". Ella lo miró fijamente por un momento, luego encendió un cigarrillo y salió por la puerta. Cuando se fue, se dio vuelta y dijo: "No hagas promesas que no puedas cumplir".

Esa noche, en el restaurante lleno de gente, trató de hacer una pequeña charla, pero un joven de 20 años y un adolescente hosco no tenían mucho que decir a una mujer de 37 años. Después de dar su último bocado, Jared, el más joven, dijo: "¿Podemos irnos? Matt viene a pasar el rato".

"Matt puede esperar. Es la última noche de tu hermano en casa".

En voz baja, Jared murmuró: "Que se joda".

"¿Qué has dicho?"

"Mamá, está bien. Vámonos a casa. Gracias por la cena".

Después de dejar a Jared, Jolene dijo: "¿Quieres una cerveza? Vamos a Danny's"

"Sólo tengo 20 años", protestó Heath.

"Conozco a Danny desde que estábamos en primer grado. Creo que puedo persuadirlo de que te dé una cerveza", se rió.

En el bar, ella echó unas cuantas miradas. Llevaba su atuendo habitual de los viernes por la noche, vaqueros ajustados y una blusa negra más ceñida; el sujetador con el que se levantaba hacía que sus pechos parecieran más grandes y firmes de lo que eran. No era raro que alguno de los habituales acabara en el aparcamiento con ella antes de que terminara la noche, y esta noche, Joe Delaney pensó que probaría suerte. Mientras ella se ...