Mi madre me enseñó todo sobre sexo 3
Fecha: 24/02/2020,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Carlo23, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Pasaron varias semanas, durante las cuales no me atreví a indagar más en la cama de mis padres...
Me sentía raro, con señales de angustia y suciedad. Lo que vi y la intensidad con la que lo viví fue demasiado y me había arriesgado tanto que sentí miedo, mucho miedo de ser descubierto. Si mi padre se enteraba me mataría.
Un día mi padre se tuvo que marchar a trabajar fuera y estaría al menos una semana ausente.
Papá no estará con nosotros unos días, quieres dormir conmigo y me cuidas?
Me quede estupefacto, creía que estaría enfadada conmigo y resulta que estaba equivocado. Aquello me levanto mucho los ánimos, me sentía a salvo. Durante ese día no podía dejar de imaginarme como seria dormir con mamá. No podía pensar en nada más, en el cole estaba ausente, por fin llegó la noche y justo después de cenar empecé a sentir sueño, los nervios de todo el día me jugaron una mala pasada. Mi madre me vio entornar los ojos, varias veces y me cogió en sus brazos, me dio un beso y me dijo, vamos a la cama cariño, estás durmiéndote.
Debí dormirme de inmediato, estaba rendido. Y como fui muy temprano a la cama me desperté también muy temprano. Aún no amanecía, abrí los ojos y no podía ver nada, alargue la mano para coger mi linterna y ver la hora, pero no la encontraba, la mesita no estaba. Donde estoy, me preguntaba.
Te pasa algo cariño? Oí que decía mi madre.
No veo nada, quiero ir al baño, conteste.
Quieres tu linterna?
Si mamá, por favor. Su mano me cogió la mia y me la puso ...
... para que la cogiera. En seguida la encendí y con sorpresa vi que no estaba en mi cama, me sumergí bajo la manta y vi a mi madre a mi lado. Saque mi cabeza la enfoque y me estaba esperando con una sonrisa. Quieres que te acompañe al baño? Me pregunto.
Mamá que ya tengo siete años, le espeté.
Vale, pero ve con cuidado.
A la vuelta sentía dudas de si volver con ella o ir a mi cama. Pero pronto se disiparon las dudas, el deseo de estar a su lado pudo más que todo lo demás.
Salte a la cama me introduje con rapidez entre las sabanas y me acurruqué como un feto, hacia mucho frío.
Ven cariño, yo te daré calor.
Me abrazo y sentí un tremendo alivio al sentir su cuerpo caliente y el mío pegado a ella se estremeció de placer. Me deje acariciar y abrazarme, me beso muchas veces a ambos lados de la cara, la frente y los labios.
Que rico, pensé, más, más.
Mamá era muy guapa y sus labios eran gruesos y sentirlos besarme me hacían estremecer de ganas de besarla en la boca. Y me atreví, me acerqué a su boca y le besé varias veces. Ella lejos de reprocharme nada, me abrazó tiernamente, subiéndome encima de ella.
Uffff, aún hoy día, al recordarlo, siento como se me erizan los pelos de los brazos, y se me pone la poya dura.
Aquella noche fue la más feliz de mi vida hasta ese momento. No era muy delgada, pero tampoco tenía barriga, así que mi cara se apoyaba entre sus pechos y mi picha tiesa notaba el calor extre de su entrepierna. No sabía que hacer y recordé aquella noche que papá estaba ...