Calentamiento a mi tía Ana Maria 2 - Relatos Eróticos

Calentamiento a mi tía Ana Maria 2

 Tenía las revistas porno escondidas  debajo del colchón de mi cama y creí que estaban bien seguras, pero mi tía al hacer la limpieza de mi habitación las encontró y las dejó en su mismo lugar y no dijo nada ni tampoco me llamó la atención cuando llegué del colegio, de repente ella esperaba que regrese mi tío Julián y como hombre converse conmigo pero tampoco se lo dijo eso si me dejo desconcertado por completo. 

A mi amigo también le pareció raro y dijo que o era muy comprensiva y me quería mucho por no decirle nada a su esposo pero igual que estuviera muy atento a lo que pudiera pasar luego, pero cuando descubrí que ella ahora también las veía a escondidas me excito mucho y traje mas revistas sobre mujeres mayores con jóvenes.

Así que ella se llevó una a su cuarto para luego verla y masturbarme en la noche pegado estaba a su puerta y oyendo sus gemidos e imaginando que era yo quién la estaba cogiendo  y la hacía gemir me jalaba mi verga también, luego se hizo una rutina que ambos nos masturbemos juntos.

Cuando preguntó mi amigo si algo había pasado le mentí dije que mi tía si le contó a su esposo y luego habló conmigo sobre las revistas pero ya todo estaba bien, había que cuidar su imagen de ella ante los demás.

Ahora que sabía que ella estaba muy caliente por las ausencias de mi tío por su trabajo tenía que seguir con mi plan, los días sábados y domingos que no habían clases, me hacía el dormido para que ella viniera para mi cuarto a despertarme y se ...

... encuentre con mi ereccion debajo de la sabana.

Ella por más que tratara ya no podía quitar su mirada del bulto que había entre mis piernas y yo no hacía nada para esconderlo y se iba al baño para mastur, barme y yo al otro lado de la puerta haciendo lo mismo, tenía que tener mucha paciencia y cuidado si quería dar el segundo paso en ir de a pocos calentando a mi tía.

Sabía que era doloroso pero valía la pena hacerlo así que un domingo fui al baño y a propósito me hice agarrar con el cierre del pantalón el prepucio y empecé a dar gritos de dolor y ella vino corriendo a ver que sucedía yo me hacía que no quería que lo viera por vergüenza.

-! Ya José calmate y dejame ver y no tengas vergüenza  que veo todos los días tu erecciones y es normal a tu edad por eso no te digo nada.. saca tus manos ya.. ¡

Realmente me dolía sus manos con cuidado agarraba la piel del prepucio y el cierre del pantalón y luego de un tiempo logró liberarlo, ahí arrodillada estaba mi tía Ana Maria con mi verga en su mano revisando con detalle si no tenía alguna herida en la piel que cubría él glande.

Con sus dedos subía y bajaba el prepucio varias veces y preguntaba si me dolía, movimientos que había hecho que rápidamente comenzará a ponerse rígido mi verga en su mano que la tenia  sujeta.

-! Ayy.. Sii.. tía me duele mucho pero con ese masaje que me estas dando se me va un poco el dolor.. no pares por favor.. ¡

Ella dudo en seguir con los masajes porque prácticamente sin querer me estaba dando ...