mamá y yo todo el día solos - Relatos Eróticos

mamá y yo todo el día solos

Mi relato comienza contando que mi familia somos, mi padre, mi madre, y yo. mi padre es albañil, es 10 años mayor que mi madre y tal vez por ello intento mostrar firmeza y autoridad,  para que yo no equivoque el camino, un hombre de pocas palabras , serio, y hasta tosco, Mi madre es una mujer muy buena, tanto, que se sometió a mi padre y por temor no lo contradecía. la casa era de mis abuelos que eran una familia numerosa, es muy grande y ahora silenciosa, evitando la Soledad fue que mi madre forjó un vínculo muy fuerte con migo, hasta cómplice en muchas ocasiones.
Mi padre trabajaba, ella es ama de casa, y mi rutina era ir a la escuela, volver almorzar con ella y hacer mi tarea, salir, o simplemente esperar a que mi padre vuelva a las 7 u 8 de la noche, de lunes a sábados. mi madre era una mujer que vivía para la casa , descuidada por mi padre, y encargada de cuidarme a mi.
Siempre noté esa debilidad de mi madre y me hice muy compañero de ella, yo también intentaba protegerla y cuidarla… cuando estábamos solos jugábamos, hasta los 8 años me bañaba, nos metíamos a la pileta, jugábamos hasta a las luchas, cuando yo ya tenía 12 años, ella 35 años. he ingrese a la pubertad, ya había juegos que me causaban otras sensaciones. Siempre habíamos tenido mucha confianza, ciertos roces se hacían más frecuentes y no tan accidentales me encantaba poder meterme a la pileta y verla en maya, ella muy compinche y cómplice se dio cuenta que ya no la veía solo como una madre, y que mi ...

... curiosidad estaba despertando en y con ella, me seguía el juego siempre que estábamos solos, nunca frente a mi padre y yo tampoco jamás mostraba ninguna actitud fuera de lugar. 
Como joven y atractiva mujer, y tal vez por el morbo de la situación comenzó a disfrutar de mis constantes muestras de cariño, luego que volvía del colegio estábamos ella y yo solos hasta que volvía mi padre, así que me volví su sombra, continuamente a lado de ella y esperando cualquier ocasión para poder rozarla o tocarla, admito que me había obsesionado con ella, supongo que también era propio de la circunstancia. 
Me acostaba en la cama a la hora de la siesta y en cuanto se dormía me pegaba a su espalda haciendo cucharita. Una vez que volví de la escuela habíamos tenido gimnasia,  y ella en el lavadero me dijo que me sacara la ropa así ya la metía al lavarropas, mi respuesta fue inmediata y me quedé en calzoncillos frente a ella, sonriendo ella me dijo que eso también tenía olor, que me saque todo, le dije me vas a ver desnudo, y me dijo 
-	No voy a ver nada que no haya visto
De inmediato me saque todo , y quede expuesto a sus ojos, ella siempre se reía y me decía que cuidado con lo que le cuente a mi padre o que el me viera.
Así fue subiendo la temperatura y yo tomé por costumbre esperar a que ella estuviera en el comedor para con alguna excusa tener que sacarme la ropa… en una ocasión llegue rengueando de la escuela diciendo que me había doblado el tobillo, ella me dijo que me acostara en mi ...