1. Te espero en el bar


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Grandes Series, Autor: txuso, Fuente: CuentoRelatos

    Yo estaba leyendo el periódico cuando la vi entrar con aquel vestido ligero de verano y venir hacia mi mesa.
    
    - ¿Llevas mucho esperando? – Preguntó.
    
    - Diez minutos, no te preocupes. – Respondí.
    
    Ella se sentó a mi lado, en el extremo de la pequeña mesa, a cuarenta y cinco grados de mi posición. Nos besamos cordialmente, hacía seis meses que no nos veíamos, y ambos sabíamos que ese era mucho tiempo. Hicimos un gesto a la camarera para que nos tomara nota. Pedimos una bebida cada uno y poco después brindamos por el reencuentro. Ella me puso la mano en la cara interior del muslo derecho.
    
    - ¿Me has echado de menos? – Preguntó coqueta.
    
    Me encantaba verla así, receptiva. Le respondí que sí, que la había echado de menos incluso vestida. Ella rio la ocurrencia, que a su vez yo le había robado a un cantautor.
    
    - ¿Y te has tocado pensándome? – Quiso saber mientras apretaba mi muslo.
    
    - Mucho. Aún sigues provocándome esa fuerte debilidad que conoces.
    
    - ¿Seguro? Mira que puedo ponerte el detector de mentiras.
    
    - Ponlo, sabes que no suelo mentir.
    
    Alargó un poco la mano por debajo de la mesa y la puso sobre mi bulto, que, efectivamente, estaba hinchado. Sonrió mirándome y haciendo un leve movimiento con la mano. Yo no pude evitarlo y deslicé mi mano bajo la mesa y la subí por la cara interna de su muslo izquierdo hasta, con la punta de los dedos, tocar su caluroso y acogedor chochito.
    
    El bar estaba bastante desierto, salvo una mesa con cuatro personas y la ...
    ... camarera. El lugar en el que me había colocado estratégicamente estaba en la parte más aislada, con lo cual disponíamos de cierta intimidad. Así que seguí alargando la mano hasta deslizar mi dedo índice por su rajita y disfrutar de sus gestos, que era lo que más me estimulaba, ver el deseo y el placer en su cara. Ella apretó bien mi paquete y después bajó la cremallera metiendo la mano. Le resultaba difícil en esa postura bajar el bóxer para llegar hasta mi polla. Decidí facilitarle la entrada. Me eché hacia atrás y me desabroché el botón abriendo el pantalón. Después bajé el bóxer trabándolo bajo mis pelotas y dejándolo todo a su alcance bajo la mesa. Ella enseguida me la agarró y comenzó a masajearme suavemente. Seguíamos mirándonos a los ojos, que expresaban un sálvese quien pueda.
    
    - Tengo que pedirte un favor - Le dije.
    
    - ¿Cuál?
    
    - Quítate las bragas y guárdalas en el bolso, me molestan.
    
    Ella miró hacia el bar asegurándose de que no iba a ser excesivamente descarada. Después coló sus manos bajo la falda y levantando un poco el culo de la silla saco las bragas de su prisión. Luego las guardó en el bolso no sin habérmelas puesto en la nariz un par de segundos. Ahora tenía acceso libre a su centro vital. Volví a meter la mano y comprobé que su humedad iba en aumento, tanto es así que introduje un dedo en su coño sin esfuerzo alguno. De nuevo su cara expresó el placer y su garganta emitió un gemido que no alcanzó a los oídos de los demás. Seguí metiendo y sacando el ...
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