Infidelidad en el trabajo
Fecha: 24/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Isabel, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... interrumpió, en forma amable, sonriendo, ella volvió a sentir esa calentura y entusiasmo que el hombre la había hecho sentir cuando le vio anteriormente – Ivette, soy un hombre de negocios, y estoy acostumbrado a realizar transacciones comerciales importantes en muy poco tiempo, y sé que lo que usted y su compañía me ofrecen, es lo mejor para asegurar mi flotilla, siéntase tranquila.
Ahora él estaba dentro de su espacio, menos de medio metro entre ella y ese hombre 20 centímetros más alto que ella, que le encantaba, que la hacía sentirse como una adolescente entusiasmada por el maestro, ¿Qué tanto estas dispuesta a hacer para cerrar este trato Ivette? La pregunta la sorprendió, ella dijo – sinceramente señor Márquez, esta es una venta muy importante para mí en lo personal, y para la compañía que represento, casi podría decirle que hare lo que sea necesario para que usted se sienta complacido, y firme con nosotros y no con otra empresa.
-Complacido ya estoy, es un gusto ser atendido por alguien como tú – la tuteo por primera vez – y como te dije, escuchándote, sé que tu oferta es lo que necesito, pero debo ser franco, quiero una atención verdaderamente personalizada de mi agente de seguros, algo que sea más que la atención que ofrecen la pólizas, estiro la mano, y toco su rostro, fue una caricia suave, con esas manos inmensas, y con un aroma a una colonia exquisita, un estremecimiento súbito recorrió la piel de Ivette, quien se sonrojo, y esbozo una sonrisa tímida ...
... pero no menos coqueta –Señor Márquez, soy una mujer casada – Lo sé, dijo el empresario, lo note por la argolla de matrimonio en tu mano, y debo decir que tu marido debe ser un tipo muy feliz teniendo a una mujer madura, atractiva y profesional junto al el – Ivette bajo la mirada, pero se recuperó rápidamente del piropo, y levanto la cabeza para decir algo, pero no pudo hacerlo, el hombre estaba ya ahí, entre la silla y el escritorio, a centímetros de ella, y le robo un beso en forma sorpresiva y relampagueante, Ivette solo respondió al ósculo, había sido tan osado, tan hábil, que quedo indefensa y su propio deseo la traiciono.
La lengua del empresario se abrió paso entre los labios pequeños y rosados de Ivette, sintió como el hombre adelanto su humanidad y sus brazos entrelazaron su cintura y la jalaron hacia él, un flujo de sensaciones, incluyendo una lubricación inmediata cundieron por todo su cuerpo, sus senos altamente sensibles se apretaron vigorosamente contra el sólido pecho del hombre que le robaba el beso, y que ahora, estaba segura, podía hacerle lo que él quisiera.
La delgada tela del vestido, era una barrera tímida ante las sensaciones que las caricias cada vez más atrevidas prodigaban, ella quiso retomar su compostura, y aun cuando internamente deseaba que el la hiciera suya, quiso poner distancia empujándolo, el separo sus labios de la boca ávida de la mujer, quien solo pudo decir – ¿qué me haces? – nada aun, contesto el varón, quiero hacerte ¡todo! Ella se ...