Infidelidad en el trabajo
Fecha: 24/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Isabel, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Era temprano, salir de la oficina, y estar en la calle para visitar a un cliente antes del mediodía era algo que representaba un reto para Ivette, sabía que las ventas de seguros eran algo que en su familia se había convertido en una tradición, y que ella, por ningún motivo debía fracasar en esta aventura profesional.
Se había casado joven, no con su hombre soñado, pero Eduardo le había dado tres hijos, y a pesar de que la relación había dado fruto, ella siempre se había sentido incompleta, y a sus 48 años, 1.70 de estatura, piel blanca como la nieve, pelirroja natural, de figura curvilínea, grandes senos, poderosas piernas y torneadas caderas, sonrisa fácil, y una expresión facial que mezclaba un aire infantil y juguetón, con una sensualidad que emanaba de cada poro de su epidermis.
A lo largo de sus primeros años de matrimonio, había probado la fruta prohibida de la infidelidad ocasional, en diversas oportunidades, primer sintiéndose culpable, pero después, notándose liberada, como si la vida le diera oportunidad a través de su infidelidad de encontrar en esos hombres, el romance que formaba parte de su fantasía de encontrar al hombre perfecto.
Ivette no era infiel con mala intención, si es que esto era posible, era infiel porque deseaba vehementemente que un hombre que llenara sus expectativas surgiera de alguna de esas múltiples aventuras que se habían dado ocasionalmente de vez en vez, pero que también ella había provocado con su coquetería natural, y su ...
... abierta sexualidad.
Al llegar a la oficina del corporativo que tenía que visitar, fue atendida por una asistente ejecutiva alta y esbelta, la cita con el señor Márquez, propietario de la empresa camionera que deseaba asegurar su flotilla de autobuses era una oportunidad de oro para Ivette que, en caso de cerrar la transacción ganaría una muy jugosa comisión mensual que pondría fin a algunos apuros económicos de la decidida vendedora.
-hola, soy Alina, el señor Márquez ya la espera, gracias por su puntualidad- Ivette sonrió y agradeció la cortesía – Un placer estar aquí, espero que mis servicios llenen sus expectativas –
La mujer que recibió a Ivette hizo un gesto, bajo sus ojos y recorrió a Ivette de pies a cabeza, con lentitud casi morbosa, con tanta lentitud y detenimiento, que Ivette se percató de su actitud, verifico sus zapatos de tacón alto y correa a la altura del tobillo, el vestido floreado, de verano, que delineaba las curvas y protuberancias del cuerpo de Ivette, el vestido presentaba un escote que destacaba los dos senos turgentes copa D que tanto orgullo le daban a su poseedora – Señora Ivette, le garantizo que el señor Márquez estará encantado con usted, y seguramente llenara sus expectativas y alguno más – esta última frase la dijo sonriendo con picardía, como anticipando algo, un algo que Ivette no alcanzaba a descifrar y que después descubriría profundamente.
-Permítame anunciarla, siéntese por favor- Alina se dio la vuelta y se dirigió a su amplio ...