1. ANGELES O DEMONIOS: ALICIA, LA SOBRINA DE LA VECINA.


    Fecha: 24/11/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: rxxa4, Fuente: SexoSinTabues

    El siguiente relato es ficticio, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Los días pasaban y la relación entre Valentina y su maestro se volvió más cercana e intensa. A diario la niña gozaba de las caricias de su maestro, incluso, el ya le había lamido su conchita y le había restregado su pene directamente también, llenándosela de su leche . Sebastián quería dar un paso más, pero tenía miedo de lastimar a la pequeña, y causar con esto que ella contara su secreto. Por más que quería no se animaba y solo se conformaba con el frotamiento de genitales. Un domingo al sacar la basura y depositarla en el contenedor, vio que detrás de este se encontraba una niña orinando, la cual aun percatándose de la presencia del hombre, no se inmuto ni un poco, inclusive le sonrió. Esto le pareció extraño a Sebastián, pero se animó a preguntar. -Hola pequeña. ¿Cómo te llamas? - Hola. Me llamo Alicia. ¿Y usted? – Mostrando curiosidad por el hombre que la había visto orinar preguntó. - Me llamo Sebastián. ¿Cuántos años tienes? - Tengo ocho añitos. – Sonriéndole la niña contestó a su nueva pregunta. - Orale, ya estas grande. – alabándola un poco Sebastián continuaba con su plática. - Si, ya soy niña grande, ya voy en tercero. – coqueteandole al hombre la niña dijo. - Que maravilla. Definitivamente eres niña grande. – Sebastián continuó con el juego. – Y cuéntame pequeña. ¿Vives por aquí? - No. Vine a visitar a mis tíos, pero me aburrí porque mi mamá y mi tía se pusieron a platicar, ...
    ... y mi tío no está para poder jugar con él. – Contestó la niña frunciendo un poco el ceño. - ¿Y donde vive tu tía pequeña? - En ese edificio, en el departamento 303. – Señalando la niña respondió. - Aaa, tu tía debe ser Beatriz. Yo vivo en el 304. – indicó el hombre. - Entonces es vecino de mi tía. – le sonrió. - Así es pequeña. – Devolvió la sonrisa a la niña – Oye pequeña, no deberías orinar en cualquier lado, pues alguien te puede ver. - ¿Cómo usted? – con picardía la niña preguntó. - Así es. Por accidente pude verte. ¿No te dio pena? – preguntó para sacarse esa duda - No, no me da pena. Pero dígame. ¿Le gustó verme orinar? – la niña interrogó al hombre con una sonrisa morbosa. - Pues sí. Definitivamente me gustó lo que vi. – Sin preámbulos y con seguridad dio su respuesta. - Sabía que era como mi tío Rubén. – Este comentario lo sorprendió y sin más se atrevió a preguntar. - ¿Cómo tu tío? - Si. Yo se que a usted le gustaría hacer cosas de grandes conmigo. – la niña sin pelos en la lengua soltó su comentario. - Y dime pequeña, ¿te gustaría hacer cosas de grandes conmigo? – el corazón le latió intensamente, pues no sabía que respondería la pequeña. Pensándolo por unos segundos, mordiéndose el labio la niña asintió con su cabeza mientras que a la vez levantaba su falda mostrándole al hombre sus diminutas pantaletas rosa con un dibujo de Barbie. Sebastián observó hacia todos lados para asegurarse que nadie los veía, le extendió la mano a la niña y la llevo hacia el bosque detrás ...
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