1. MI PRIMER AMANTE.


    Fecha: 16/04/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: UNA MUJER CASADA., Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Me casé a los 20 años de edad y llegué virgen a mi boda. Mi esposo tenía 23 y era Agente de ventas. Yo era secretaria y trabajaba para la S.E.P., pero fuera de mi Estado. Ambos vivíamos en Morelos, pero por mi trabajo soloz nos veíamos los fines de semana.
    Busqué mi cambio a Morelos, pero era muy difícil. Así que fuí al Sindicato de maestros a Cuernavaca y pedir hablar con el Secretario General. Le expliqué mi situación y pedí su ayuda. Él me dijo que podía ayudarme, pero a cambio quería que yo me portara bien con él.
    Entendí... quería acostarse conmigo. Me enteré que era un gran mujeriego.
    Lo pensé por dos meses. El sexo para mí no era algo muy agradable, mi pobre marido no había logrado más que vaciarse de vez en cuando dentro de mí.
    Yo era lo que se dice Mojigata.
    Finalmente me decidí y fui a ver al Secretario General del Sindicato. Se alegró mucho de verme, me dió las llaves de su auto y me pidió que lo esperara en él.
    A los 15 minutos llegó al estacionamiento, subió a su auto y me llevó a un Hotel al norte de Cuernavaca, por la Capilla del Calvario, llamado Los Canarios.
    Una vez que entramos al cuarto x cerró la puerta, nos abrazamos y comenzó a besarme, a acariciarme, me sobaba las bubis cuando me abrazó por detrás, mientras yo sentía muy claramente la dureza de su verga restregandose contra mis nalgas...mi corazón latía al mil. Nunca antes yo había estado así con otro hombre...y comencé a sentir un rico calorcito que, partiendo de mi chocho, iba invadiendo poco ...
    ... a poco todo mi cuerpo. Mis pezones cobraron vida propia, se hincharon, crecieron hasta formar dos claros botones bajo la tela de mi blusa...y me dolían, me daban comezón, necesitaban ser tocados, besados, chupados, pellizcados o mordiscos...lo que fuera.
    Éste hombre sí que sabía calentar a una mujer.
    Nos desvestimos y yo me acosté en la cama boca arriba, con las piernas juntas, tapando con una mano mi mata de pelos que señalaba la entrada de mi panocha...como queriendo protegerla inútilmente del gran placer que estaba a punto de recibir.
    De pronto el profesor se paró a un lado de la cama, junto a mí y pude darme cuenta de que era muy velludo del pecho y vientre...y entre sus piernas, en medio de una tupida mata de pelo, sobresalía una verga dura, de regular tamaño, con una cabeza descubierta, hinchada, muy brillosa y con una ligera gotita de líquido transparente saliendo de su único ojito.
    Cerré los ojos y abrí las piernas, dejando al descubierto mi rajada, la cual presentía lo que iba a pasar, porque estaba caliente y muy mojada.
    Se me subió encima, tomó su verga con una mano y la pasó una y otra vez a todo lo largo de mi concha, abriendo mis ya hinchados labios vaginales y mezclando nuestros jugos íntimos. Yo sentía un enorme placer, nadie antes me lo había hecho...en un momento me puso la cabeza de su verga en la entrada de mi pepa y comenzó a penetrarme lenta pero firmemente, hasta metérmela toda, sentí cómo sus huevos tocaban mis nalgas...y me perdí.
    Con los ojos ...
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