Profesor - Relatos Eróticos

Profesor

Un día normal y corriente como cualquier otro llego al colegio y me siento en el lugar de siempre con mis compañeras.

La mañana pasó como todas, también la clase de educación física. El profe siempre me miraba y yo me daba cuenta. El uniforme para la clase era un short y una remera con los colores del colegio. Todas las clases notaba cómo el profesor me recorría con su mirada de pies a cabeza y se detenía en mi culo y en mis tetas.

Todos siempre me dijeron que no parecía una chica de 17 años, que tenía muchas curvas para esa edad y yo sabía que tenían razón porque obviamente me daba cuenta que tenía más tetas y culo que mis compañeras.

Ese día decidí provocarlo al profesor. Con mis amigas siempre hablábamos de él porque era el único viejo que no tenía panza de borracho en el colegia, al ser profesor de educación física se encontraba en mejor estado.

Cuando terminamos la clase le digo a mis amigas que se adelanten que yo las alcanzaría después.

Me acerco a la oficina del profesor y toco la puerta.

—Adelante.

Dice desde adentro y paso.

—Buenos días profesor, ¿puede ayudarme con un ejercicio que me resultó difícil en hoy en la clase?

Me mira de arriba a abajo lentamente. Parece que lo hace de gusto para que me dé cuenta. Comienzo a jugar con mi pelo haciéndome la inocente mientras espero que me responda.

—Sí, vamos al complejo así te explico ahí. 

—¿Puede ser aquí adentro? Me da vergüenza porque algunos de mis compañeros se burlan porque los ...

... ejercicios son fáciles y no me salen.

—Bueno.

Cierro la puerta sin sacarle la mirada de encima y me acerco al armario, saco una colchoneta y la pongo en el piso. 

—No me sale la pata para atrás. 

Le digo y me pongo en cuatro en la colchoneta sacando el culo para que pueda verlo todo completito.

Se queda parado sin decirme nada mirando justo el culo como yo quería.

—Tenés que estirar la pierna para arriba haciendo presión con el glúteo.

—¿Cómo lo hago?

Se arrodilla a mi lado y le levanta mi pierna.

—Así, tenés que repetirlo 20 veces con esta y 20 con la otra. Acordate de hacer fuerza con el glúteo.

Aprovecha para ponerme la mano en el culo y apretarme una nalga.

Me levanto y le digo gracias. Vine a provocarlo nomás.

—¿Ya te vas?

Me pregunta y veo como tiene la verga marcada en el pantalón. Me quedo quieta sorprendida por el tamaño de esa cosa. Sentí como se me humedecía la concha de solo ver ese tamaño.

—Sí o quiere que me quede.

—Quedate.

Me agarra de la cintura y me aprieta el culo con las dos manos. Pega mi cuerpo al suyo y siento lo dura que esta la verga contra mi panza.

—Si me la vas a venir a poner así de dura mínimo chupamela para que se baje.

—Profe está mal eso, yo soy su alumna.

—No habías pensado en eso antes de venir y mostrarme el culo ¿verdad?

Va a la puerta y la cierra con llave.

Vuelve a donde yo estoy parada sin saber qué hacer. La verga se le ve muy grande y me da miedo pero no puedo evitar como cada ...