Una pesca Inolvidable - Relatos Eróticos

Una pesca Inolvidable

... a nuestras carpas, conversamos algo con Marcelo y luego al sleeping bag, me pregunto si podía dormir en el mío, le dije, por supuesto, para mi sorpresa veo que  se desnudó por completo y se metió en el sleeping bag, yo hice lo mismo y obviamente que en un inicio no está muy caliente y me dice ahora está más frio, así que le explique que nosotros somos los que generamos el calor y el sleeping bag lo conserva, sin más procedí a meter mi brazo por debajo de su cuello y él se acercó suavemente hasta mí, quedando nuestros cuerpos totalmente pegados, y me sentí emocionado y empecé a excitarme, algo similar debe haber experimentado Marcéelo y al poco tiempo nuestros penes estaba muy erectos, nos abrazamos mucho más fuerte y no sé cómo ni en qué momento, pero nuestros labios se encontraron en un beso muy apasionado y largo, que disfrutamos mucho, dando inicio a unas caricias mutuas, que nunca antes había experimentado con un hombre, hasta que sus manos se posicionaron de mi pene y sus caricias en él y en mis testículos me enloquecieron, para proceder de la misma manera, en determinado momento de excitación, yo me encontraba sobre Marcelo, besándonos tiernamente y nuestros penes se frotaban entre sí con excitación desenfrenada, sus piernas me abrazaban y sus manos acariciaban mis glúteos, el espacio se volvía pequeño y abrí el cierre del sleeping bag, para dar más espacio, mi pene rozaba su orificio  anal y se fue deslizando hasta el agujero mismo, para empezar a ...

... explorar la entrada y poco a poco introducirse lentamente en su cavidad anal, para entrar en pocos segundos en su totalidad, sus piernas estaba levantadas y sus tobillos junto a mis oídos, mientras mi pene se introducía y volvía a salir dándole mucho placer a ese deliciosos agujero, fue un largo tiempo y finalmente sentí que un gran torrente de mi semen inundaba de placer el orifico de Marcelo, que también expulsaba su semen hacia mi abdomen, fue un coito delicioso, pero teníamos que limpiar y fue complicado,  con pañitos húmedos limpiamos nuestros cuerpos y el sleeping bag de Marcelo lo pusimos dentro del mío abierto y como colchón para continuar la noche toralmente abrazados y fue una noche maravillosa.
Día martes, como de costumbre a desayunar, desarmar carpas, guardar todo en los autos, recoger la basura y llevarnos, emprendiendo el regreso cerca del medio dia.
Me dejaron en casa, baje a más de mi carpa, sleeping bag y maleta, las truchas que me correspondían y nos despedirnos, antes ya tenía el teléfono de Marcelo, con quien seguimos viéndonos mínimo dos veces por semana y haciendo de nuestros encuentros, algo inolvidable, relación que duro aproximadamente un año, porque Marcelo se fue a estudiar en España, nos escribimos y cuando viene de vacaciones descontamos el tiempo que no nos vemos con creces y con mucho sexo.
Aquella noche en la carpa junto a la laguna, aunque pueda parecer extraño, fue la primera vez de Marcelo y también mi primera vez.