1. SECRETOS DE FAMILIA: Con mamá en la playa


    Fecha: 21/04/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Brandán, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Durante las vacaciones de verano, mi madre, mi hermanita y yo nos íbamos a la playa después de comer. Muchas veces utilizábamos el transporte colectivo pero en otras ocasiones era mi padre el que nos acercaba al arenal en su automóvil, y después él regresaba a trabajar a su ferretería. A mamá parecía no disgustarle viajar en el bus que iba repleto de gente hasta los topes; parecíamos sardinas en lata y más de una vez observé como algún desvergonzado se le arrimaba por atrás y se le restregaba con la polla bien parada. Nunca supe por qué mamá no se separaba del individuo o hacía algún ademán de enfado. En una ocasión hasta vi como uno de estos tocones bajaba del colectivo con el short todo pringado de lefada en la entrepierna, señal que en la refriega se había corrido y bien corrido contra la cola de mami.
    
    En la playa, siempre nos situábamos en el mismo sitio: cerca de las casetas y del puesto de socorro. Alquilábamos una de aquellas casetas para cambiarnos de ropa y depositar nuestras pertenencias. Luego, mamá colocaba la sombrilla, extendía una amplia toalla y se espatarraba embadurnada de crema protectora. Tenía mucho cuidado en no abusar del sol pues al parecer envejece prematuramente la piel. Yo me ponía un poco más abajo, a pleno sol, pues a mi tierna edad no me preocupaban esas cosas. Mi hermanita se iba a jugar con sus amiguitas no muy lejos de allí.
    Yo venía notando últimamente las miradas furtivas que bajo sus gafas de sol mamá le echaba a uno de los ...
    ... socorristas. Un muchacho en la veintena, atlético y buen mozo, bronceado debido al trabajo que desempeñaba. Llevaba un speedo negro, bien ajustado, que dejaba entrever que aquel bulto cobijaba una buena verga. Paquetón que, sin duda,  no pasaba desapercibo a mamá y que aquella tarde debió recalentarla sobremanera. Cuando me situé justo a sus pies, boca abajo, simulando leer un cómic, comprobé como de la raja que se marcaba en su bañador iba saliendo una humedad. Pis no era, evidentemente; eran fluidos vaginales porque tumbada bajo la sombrilla sin duda estaba imaginando una fantasía erótica con el socorrista. Yo no perdía de vista aquella vulva hinchada por la excitación, la mancha que ya era muy notoria y aquellos pelillos rebeldes de su concha que asomaban por su braga. En la posición que yo estaba, empecé a presionar mi pija contra la arena y allí mismo tuve la primera corrida de la tarde. Aún estaba disfrutando del rélax que sigue al orgasmo, cuando escucho la voz de mi madre:
    - Brandi, cariño, échame un poquito de crema protectora en la espalda.
    Me acerco y me dispongo a extender la leche solar en su torso cuando, sorprendentemente, se despoja del sostén del bikini y se queda con todas las tetas al aire.
    - A papá no le gusta que hagas top-less en la playa - le digo.
    - Pero tú no le vas a decir nada, ¿verdad amorcito? Ya te estás haciendo un hombrecito y sabes que esto es normal entre las mujeres, sobre todo las que tenemos un buen cuerpo que lucir.
    Callé. Le extendí la crema ...
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