SECRETOS DE FAMILIA: Con mamá en la playa - Relatos Eróticos

SECRETOS DE FAMILIA: Con mamá en la playa

... hasta justo el comienzo de la raja del culo. De nuevo me empalmé; aquella situación me ponía a mil. Y más cuando ella se puso a untarse los pechotes, con tanto deleite que los pezones se le erizaron y se le marcaron como dos castañas. Estaba caliente la perra, pensé.  El muchacho del puesto de socorro no perdía detalle de lo que estaba ocurriendo bajo nuestra sombrilla y su erección era cada vez más evidente. Pero en aquel escenario sobraba un personaje: un niño con apenas pelos en las piernas y quizás más ingenuo que un borrego, que en su vida se chaqueteó. De allí sobraba yo.
- Brandi, cariño, toma este billete y compra un helado para ti y otro para tu hermanita. Y quédate un rato jugando con ella - me dice al poco mamá, viniéndome a la cabeza al instante el episodio en el cine cuando me mandó a la cantina para hacer de las suyas con el camionero salido. Obedecí sin rechistar, como corresponde a un niño de mi edad.

Al cabo de una media hora retorno a nuestro sitio en la playa. Es la hora de que mamá nos dé la merienda a mi hermanita y a mí. Yo se la acercaré a la nena al lugar donde sigue jugando con sus amistades. Me sorprende que mamá no está bajo la sombrilla, solo están la toalla extendida y la revista que estaba leyendo. "Debe estar bañándose en el mar", pensé. Y me dispuse a coger yo mismo la merienda en la caseta. De su bolso de playa cogí los sandwiches, dos manzanas y un par de refrescos. Pero... Hay gemidos en la caseta contigua. Los tabiques de madera que ...

... separan las casetas suelen estar llenos de agujeros para disfrute de los voyeurs. Rara es la tarde que no me pajeo viendo como la vecina de al lado se desnuda. Pongo un ojo en el agujero que me permite mejor visión. Casi me caigo allí mismo. Mamá, completamente desnuda, está cabalgando al joven socorrista. Este le muerde los pezones hasta enrojecerlos y ella le suplica que no pare pero que no se corra dentro de su coño. La muy zorra lo está haciendo sin condón. Me bajo el bañador e inicio la segunda paja de la tarde. En esas estoy cuando escucho la voz de mi padre.
- ¡Hola, Brandi! Terminé antes en la ferretería y vengo a darme un bañito y devolveros a casa. ¿Dónde está la gente?
Subo nerviosamente mi bañador para que no descubra que me estoy masturbando. Pero papá no tiene un pelo de tonto y desde la aventura de la miel ya hay cierta confianza.
- ¿Te la estabas meneando? - me dice sonriendo.
Callo avergonzado y lo empujo hacia afuera para que no descubra lo que está haciendo la puta de su mujer - mi madre - al otro lado del tabique. 
- Voy a ponerme el bañador, entra conmigo. Y enséñame si ya tienes vellos en tus partes y cómo te ha quedado la pija después de la operación de fimosis. Pero... ¿qué son esos sofocos ahí al lado?
Papá pone un ojo en un agujero bajo. Una mujer a la que no puede ver la cara está haciendo una felación a un muchacho que en el banco se retuerce de placer.
- Así que esto es lo que estabas mirando, hijito. Estás hecho un pajillero recalcitrante; ...