El Chico del estacionamiento - Relatos Eróticos

El Chico del estacionamiento

... duros esperando sus caricias.
El bebote no espero nada más, directito agarró mis tetas como si fueran sus mamilas, con desesperación comenzó primero manoceándome con fuerza, pasando sus dedos por mis pezones apretándolos y jalándolos con fuerza, el efecto fue inmediato mis pezones estaban más crecidos, cuando se dio cuenta de eso se super exitó, vi de reojo el bulto entre sus piernas y me di a la tarea de darle descanso acariciando una, al parecer, enorme y gorda verga..mmmm no pude reprimir esta expresión de sorpresa que salió expontánea de entre mis labios. El chico tomó mis tetas con su boca y  no volvió a soltarlas por unos momentos que a mi me parecieron increiblemente largos. Su lengua, dientes y labios no pararon, cada vez que soltaba un pezón para irse sobre el otro a mi me parecía irreal el tamaño tomaban tetas y pezones.... los observaba brillar cuando la humedad de su saliva chocaba con la luz del sol que se colaba por la ventanilla del carro. Comencé a gemir de placer y atiné a rogar: "¡Sigue, sigue, acábate mis tetas que son para ti"
Parecía que quería arrancarme los pezones chupando con gran fuerza, y comencé a sentir una deliciosa corriente de placer que recorría mi columna, me estaba viniendo unicamente por el poder de sus mamadas sobre mis tetas, en un segundo le abrí la bragueta ´y alcancé a ver el vergonón que ese chico poseía: ¡Deja que la sienta primero en mi boca por favor! Con delicadeza pero con decisión aparte su boca de mis senos, no porque ya no ...

... quisiera ese placer sobre las tetas, sino porque ahora me urgía más comerme ese tremendo pene. Se lo chupe de lo lindo y cuando me lo metía hasta la garganta el soltó por la suya sonidos animales que me invitaban a continuar, pero paramos.
Al siguiente instante, me estaba jalando fuera del carro, por un momento volví la vista hacia la entrada, no fuera a ser que alguien nos sorprendiera, pero entonces observé que el chico había cerrado el portón de entrada, entonces entendí su gesto, me dirigió hacia el frente del auto y me sentó sobre el cofre, yo seguía con las tetas al aire y el con la verga bien parada, comenzó a restregarla contra mi concha que ya estaba empapada, me subió la falda y me quitó con gran habilidad la tanga, y mientras seguía chupando mis senos comenzó a meter el pene, en cuanto lo sentí traté de abrir más las piernas en un intento de que me cupiera tremenda verga. Ya no pude contenerme, comencé a gemir de placer y dolor, sin duda esa ha sido la vergota más rica que he probado en toda mi vida. Aunque me costó trabajo recibirlo al principió y le pedí que parara el no hizo caso, me lo dejó ir de un tirón, grite y me removí por puro instinto de conservación, pero este inusual macho me agarró por el cabello de la nuca y me la volvió a sacar y meter con fuerza, no podía creer que mi vagina se hubiera amoldado tan rápido a ese vergonón, pero así fue, ahora me removía pero empujando mi concha contra tremenda verga con el deseo de sentir bien adentro la potencia del ...