Mi vecino me sorprendió (2da Parte) - Relatos Eróticos

Mi vecino me sorprendió (2da Parte)

A partir de ese primer encuentro la relación con Javier se volvió de más confianza. Me mandaba mensajes todos los días para saludarme y entablar conversación, porque estaba aburrido en una ciudad que no era la de él y no tenía con quien socializar.
Un día, y como era de esperar, me mandó un mensaje para pedirme si podía ir a su departamento “a charlar y tomar algo”… inmediatamente entendí y leí entre líneas que quería algo más que eso. Acordamos una hora, me bañé y fui a su casa.
Cuando abrió la puerta me vino de repente un olor a desodorante de hombre que me volvió loco... eso lo hacía más sensual y masculino. Recién se había duchado y me esperaba con un café en la mesa del living. Todavía tenía el pelo mojado que le caía suelto por sobre los hombros… imagen que me volvía más loco aún. Me empecé a calentar y se me paró la pija. Él estaba más tranquilo que la primera vez, yo al contrario… más nervioso… porque sabía lo que me esperaba (o al menos lo sospechaba).
Me hizo pasar. Me sirvió un poco de café y empezamos la charla. Después de hablar un rato de cosa triviales, de todos los días como para entrar en clímax, me preguntó lo obvio: - ¿Cómo lo pasaste el otro día?, me dijo… -Genial!!! Y vos?... se quedó mirándome y se empezó a reír. Vi que llevó su mano de manera disimulada a su entrepierna y se empezó a sobar la verga… -“La verdad me sorprendiste” me dijo… “pero me quedé con ganas de más”. Lo miré fijo y le contesté: - A si? De qué por ejemplo?, le pregunté. Se paró y ...

... noté que respiraba de manera agitada de la excitación que tenía… -Me darías la cola? Inmediatamente se me paró la pija (por segunda vez), y le contesté lo que cualquier flaco teniendo ese macho enfrente le contestaría… Si!!! Me guiñó el ojo y me hizo pasar a la habitación. En el trayecto sentí el placer por anticipado, y la calentura hizo que el culo se me dilate solo.
Una vez en la habitación fui yo quien tomó la iniciativa. Javier no sabía moverse con soltura con otro tipo, y yo comandaba la situación. Me pare frente a él y comencé a besar su pecho, que aún tenía la remera puesta. Mordía sus tetillas y con mi saliva mojé la tela de la remera que ya comenzaba a traslucirse. Se la saqué y me prendí a sus tetillas con desesperación, mientras le acariciaba la verga por sobre el jean… que ya comenzaba a crecer y ponerse dura. Javier comenzó a gemir y yo aproveché para bajarle el cierre. No se aguantó y antes de que yo hiciese algo, se bajó el pantalón, el bóxer y dejó al aire su pija a media asta. No dudé y me agache para chupársela. Me la metí en la boca, agarré sus huevos desde atrás, para balancearme mejor, y se la comencé a mamar con fuerza. Habré estado así quince minutos, chupando suave y por momentos violentamente, sintiendo como ese pito divino crecía dentro mio. –“Pará de chupar, por favor, porque acabo!!!”, me dijo. En un momento,  no resistí a la tentación y  casi lo hice venir… pero no quería que acabara aún.
Cuando estaba en plena tarea, Javier comenzó a agacharse ...