El niño de la plaza
Fecha: 25/11/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Mi nombre es José, tengo 25 años, vivo en Bella Vista, provincia del Gran Buenos Aires. Mis padres viven en Capital Federal, trabajo de remisero. Cerca de casa hay una plaza frente a la estación del tren, donde voy con mis perras. Ahi siempre estaba ese chico que cuando me veía venir, jugaba con mis perras. Una tarde que fui, se largó a llover, cuando me iba, ese pibe se sentó debajo de un árbol, «che pibe, no vas a tú casa que está lloviendo?», le dije y lo quedé mirando, «no, mi vieja no está y no tengo llave para entrar en mi casa», me dijo. «Veni, apurate que llueve, vamos a mi casa así no te mojas», le dije y nos fuimos corriendo porque cada vez llovía mas fuerte. «Como te llamas pibe?», le dije secando a mis perras primero, los dos estábamos empapados también. «Me dicen Pelusa», dijo ayudandome aque secar mis perras. Es un pibe delgado, menudito, simpático y le gustaban los perros como a mí. «Vamos a cambiarnos que estamos empapados, veni que te presto ropa», le dije y nos fuimos a mi cuarto. Pelusa se sacó toda la ropa, «che, que te paso que tenes todas las nalgas marcadas?», le dije viendo su nalgas marcadas como si le hubieran dado una paliza con un cinto. «Me hice el loco y cobre», me dijo sin preocuparse que estaba en bolas, mostrándome la cola. Pelusa tiene unos 12 o 13 años. «El novio de mi vieja me dio una paliza cuando me vio que los espíaba mientras garchaban, creo que el loco le estaba haciendo la cola, porque mi vieja estaba en cuatro y él atrás de ella ...
... gritando», me contó y seguía desnudo. «Pero sos boludo, como vas a hacer una cosa así», le dije. «Me gustaba verlos, mi vieja así en cuatro y el chabon atrás dandole guacha», me dijo poniéndose en cuatro sobre mi cama. «Para, que me estas diciendo Pelusa, que te hubiera gustado estar en cuatro y el novio de tu madre haciéndote la cola a vos?», le dije. «No sé, pero me gustaría probar», me dijo sin cambiar de posición. «Que estas diciendo, que queres que te garchen?», le dije sin apartar mis ojos de sus nalgas, redonditas, chiquitas. «Aunque se la puntita, dale José», dijo moviendo su cola y se abre las nalgas. Su ojete está bien cerrado, apretado, un poco sucio. «No me jodas Pelusa», le dije, «dale, aunque sea la cabesita meteme», decia Pelusa moviendo su cola sin dejar de abrir sus nalgas. «Si te meto la cabesita, te la meto toda», le dije. Sentía mi pija dura, estaba tentado en cogerme a ese pibe. «Bueno, hasta donde la aguante», dijo y seguía moviéndose. «Te voy a pasar vaselina por el ojete», le dije sacando un pote de la mesita de luz. Le empecé a pasar veselina y a meterle el dedo. Pelusa se quejaba pero lo notaba relajado, no apretaba el ano cuando le metí todo el dedo y lo movía dentro. «Despacio que me vas a romper el orto», dijo cuando sintió que acomodaba mi pija contra su ojete. Despacito empecé a hacer fuerza y Peluza a quejarse cuando le empecé a abrir el ojete con mi pija. La cabesita desapareció dentro de su cola, «sigo?, la cabesita ya te entró», le dije sin ...