ZOO ANAL Y MADUROS - Relatos Eróticos

ZOO ANAL Y MADUROS

... del deseo y las ganas que nos teniamos.

Mientras nos relajabamos continuabamos besandonos mientras expresabamos lo mucho que nos extrañabamos, mi culo ya pedía ser atendido y su verga seguía firme por lo que sin mediar palabras lo monté con mi trasero para que me estire las tripas como solo él sabe hacerlo. Cabalgue su verga con mucha fuerza para que me entrara toda mientras el succionaba mis pechos logrando así que nos vinieramos juntos nuevamente. Nos pasamos cogiendo toda la noche, extrañaba tanto su verga que se la mamaba a cada rato succionando lo poco que podía entrar en mi boca, lamiendo su huevos y pasando mi lengua como quien toma un helado por el resto de su tranca. El último polvo de la noche terminó siendo el mejor, su gran porte le permite levantarme en sus brazos sosteniendome con sus grandes manos de mi cola para taladrar mi culo a un ritmo espectacular y así lanzar su último resto de leche que le quedaba en sus huevos.

Pasaron los días y mirando el almanaque tomé conciencia que no me había cuidado en ninguna ocación, mi regla tendría que haber llegado, mi cuerpo se paralizó. Estaba en grandes riesgos de estar embarazada y lo peor no saber de quien. Estuve así por tres días mas con mis cabeza a mil pensando que pasaría, como reorganizaría mi vida, etc. etc. Hasta que por fín llegó la mestruación! Fue un gran alivio, pero a partír de ahora tendría que ver como cuidarme para no pasar innecesariamente por esta situación. Aunque si tuviera la seguridad que sería de Roque, me ubiera puesto muy feliz.