1. Mi primer amor: una masoquista


    Fecha: 26/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... poco
    
    —¿Tuviste un amo? —pregunté
    
    —Sólo uno, aunque no era un amo como tal —me contó— Era mi novio, pero me dominaba. Sabía mucho de bondage y me ataba. Fuimos a clases y todo. También me pegaba y demás. Cera, fusta y todo eso. Me encantaba.
    
    —¡Joder! ¡Qué loco! —respondí y me besó con ternura; comenzó a masturbarme lentamente mientras yo sobaba su trasero cubierto de mi esperma. Pasados un par de deliciosos minutos de aquellas caricias añadí— ¿Por qué coqueteaste conmigo hoy?
    
    —Es obvio, ¿no? —Me dijo con soltura— me gustas y mucho y siempre me rechazas…
    
    —Porque siempre estoy con novia o tú tienes novio —le interrumpí a la defensiva
    
    —¿Y eso qué? Eres tú —me dijo y saber el peso de esas palabras me hizo querer llorar de felicidad— Me vale madres si soy la otra o yo corneo al que esté en turno, a ti jamás te diría que no a nada que me pidieras.
    
    —¿A nada? —repuse, pero con una carga explícitamente sexual y pervertida
    
    —No Pablo, a nada, ni en la cama ni fuera de ella —sentenció un tanto perversa y un tanto en serio y aquella declaración casi me hace estallar en un orgasmo, no por lo sexual, sino por la muestra de amor que significaba
    
    —¿Y si te digo que te quiero machacar las nalgas a golpes? —le dije sobando y amasando fuertemente sus nalgas
    
    —Pues hazlo —me dijo sacando el culo— creo que está más que claro que compartimos gustos y ambos estamos más que dispuestos.
    
    —¿Estás segura? —Pregunté soltándole una pequeña nalgada, pero asintió— Porque no ...
    ... sólo quiero molerte las nalgas…
    
    —Pablo, haz lo que se te de tu pinche gana —me sentenció segura— Tu ordena, yo obedezco
    
    —¿Tienes palabra de seguridad? ¿Alguna prohibición o algo que no toleres? —pregunté, incorporándome
    
    —Normalmente te diría que sí, pero hoy no quiero nada de eso —dijo estirándose un poco y observándome con perversidad— quiero ser completamente tuya.
    
    —¿Y si me paso? —pregunté con cautela
    
    —Pues pásate —respondió resuelta— Aunque, conociéndote sé que no te vas a pasar
    
    —Hay mucho que no conoces sobre mí —repuse con ironía, imitando lo que ella me había dicho
    
    —Pues déjame conocerlo —me retó
    
    —No me lo puedo creer —comenté. Ella se incorporó también y me abrazó. Ambos de pie, nos besamos como dos enamorados… y lo éramos, desde siempre. Desde hacía más de diez años. Se despegó de mí y me miró con decisión.
    
    —¿Qué quieres que haga? —me preguntó
    
    —Que te cases conmigo —respondí honesto y ella sonrió.
    
    Cuando se acercaba para besarme otra vez le crucé el rostro con un buen golpe, que la tomó completamente desprevenida. Fue uno fuerte. Le volteé completamente la cara.
    
    Sin darle tiempo a reaccionar, la tomé por el pelo y jalé para levantarle el rostro de manera brusca y le metí la lengua en la boca. Ella correspondió el beso. Con la otra mano, tomé uno de sus pezones y lo retorcí con verdadera saña. Selene gimió de dolor, pero me seguía besando. Por otro lado, yo estaba comenzando a perder los estribos, loco de excitación, como no había ...
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