Le pego un polvo rápido a mi madre (II)
Fecha: 27/11/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... ducha.
Mientras coge unas verduras, le agarro una teta con la mano izquierda. No hay nadie todavía a esas horas, solo el vigilante, pero está lejos de nosotros.
Antes de irnos de allí, le meto mano por el pantalón y deslizo su braga un poco y le acaricio el clítoris.
-Hijo, aquí no, te he dicho. Cuando lleguemos a casa.
No puedo más. Estoy a cien. Vuelvo a sobarle la teta, esta vez las dos, y sigo frotándome contra su culo.
En ese momento suena la megafonía.
-Por favor seguridad. Acuda a caja 3.
Vuelve a sonar.
-Por favor seguridad. Acuda a caja 3.
La caja 3 está en la otra punta. Saco a mi madre de los congelados y la llevo a un mostrador, mientras el vigilante se aleja y nos deja solos en el súper.
La inclino un poco hacia delante en el mostrador y le bajo el pantalón hasta las rodillas, bajo sus bragas y como aquella vez en la cocina, se le meto de un tirón.
-Ugh, gime.
Comienzo con el bombeo, mientras miro hacia las cajas. Espero que el vigilante no nos vea.
Tampoco me preocupa que haya cámaras y que puedan vernos.
-Ah, ah, gime mi madre. Hijo aún quedan muchas cosas que comprar, me dice ella en pleno polvo.
Acelero más y más por si vuelve el vigilante y nos pilla.
Al poco veo que se acerca por el rabillo del ojo. Doy unos empujones rápidos y me salgo de mi madre mientras me corro. Creo que algo de semen ha caído dentro de mi madre y unos goterones salpican el mostrador.
Le subo las bragas corriendo, y ella se sube el ...
... pantalón. Yo hago lo mismo y justo en ese momento el vigilante llega a nuestra altura, pero no ha visto nada.
Terminamos de comprar y pagamos y salimos de allí.
Mi madre me dice que la espere, que tiene que entrar en el baño a limpiarse el chocho, ya que me he corrido en parte dentro de ella, como sospeché.
La señora de la limpieza esta con el baño de hombres. Yo espero fuera y cuando se va, voy a entrar también al baño, pero mi madre me llama desde dentro del baño de mujeres.
Entro y no hay nadie. He dejado la compra fuera, en el suelo.
-Anda, se bueno, me dice, y acaba lo que empezaste.
Me sienta en la taza y se sube encima mío y hecha el pestillo.
-Podrían robarnos la compra, le digo.
-No pasa nada, olvídate de la compra.
Se baja los pantalones y las bragas y se la clava con pasión. Mi polla esta tiesa de nuevo.
Después de haber eyaculado, duro más, por lo que lo hacemos de forma lenta y pausada, saboreando cada subida y bajada suya.
-Mi niño, que bien me follas. Me dice. Tu padre nunca me lo hizo así.
-Gracias mamá. Es un placer.
-Claro, es mucho placer. ¡Ah, ah, ah! ¡Me corro, mi niño!
-¡Mamá! podrían oírnos, la regaño.
-No, no, nadie nos oye. Sigue, sigue.
Ella sigue subiendo y bajando, yo sigo saboreando sus fluidos con mi polla. Sintiéndola como nunca y muerto de gusto. Ella se corre entonces.
Cinco minutos más y me corro yo. Me agarro a las paredes del baño y eyaculo de nuevo, con menos intensidad por la corrida ...