1. ENCUENTROS FURTIVOS Y ALEJANDRO


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Gays Autor: HentaiBoy, Fuente: SexoSinTabues

    ... no le gustaba que le echaran mucha vaina porque se molestaba de una manera increíble. Por alguna razón que desconozco todos los hijos de mi primo me decía tío, quizá por respeto, lo cierto del caso es que Leonardo también lo hacía así que le daba mi bendición cuando me la pedía. A Leonardo le toco esa ocasión dormir con nosotros en la misma cama porque según él le daba miedo dormir en otra habitación. Yo dormía en la misma cama con mi primo Ender, y mientras él jugaba en su PlayStation yo estaba arropado viéndolo jugar. Cuando llego Leonardo se acostó a mi lado y me dijo que tenía frio, que si podía arroparse conmigo, no me pareció nada malo esa sugerencia. Al cabo de unos minutos el niño comenzó a pegarse más a mí; tanto así que sus nalguitas quedaron pegadas a mi pene. En un primer momento no hice nada, pues pensé que Leonardo tenía frio, ya que en aquella habitación hacia un frio infernal, perdón, quise decir invernal. Pero como Leonardo se movía tanto hizo que mi pene se comenzara a levantar súbitamente, lo más arrecho es que él se dio cuenta porque mientras más tieso sentía mi entrepierna más se pegaba a mí. – ¡Que puto resulto ser el niño! – pesaba yo. De un momento a otro sentí como con sus manos me tocaba la verga y después de unos segundos me lo saco del bóxer y bajándose su pantaloncito corto comenzó a presionar mi pene con su pequeña raja. Pude darme cuenta de que Leonardo no tenía ropa interior puesta. Era increíble, otra vez estaba en una situación de calentura ...
    ... inesperada con un menor. El niño acariciaba mi pene y lo acercaba a su pequeña raja como intentando metérselo en su culito. Todo habría ido de maravilla de no ser porque mi verga era demasiada grande para ese culito, después de varios intentos Leonardo solamente se conformó con rozar mi glande con su culito virgen. Mientras que yo le acariciaba las piernas y subía hasta sus nalguitas, de vez en cuando manoseaba su pequeña verguita tiesa. Esa noche no pasó nada más, pues mi primo se aburrió de jugar en su consola y se acomodó para dormir con nosotros. Al día siguiente pude conocer a Leonardo con más atención y me di cuenta de que el carajito era demasiado creído y pretensioso que no me quedaron ganas de enamorarlo para que se volviera a poner puto y sumiso conmigo. Lo que más rabia me daba era que se quería aprovechar de mi pidiéndome dinero a cada rato (lo hice una vez) y si no le daba se molestaba. Entendí ahí que podía usar eso a mi favor, pero también que Leonardo era de los que se hacían los locos cuando hacía algo indebido. Sin embargo, se presentó la oportunidad de tenerlo nuevamente a mi lado, pues en cierta ocasión volvió a quedarse a dormir en aquella casa y aunque yo no dormía más con mi primo Ender, Leonardo quería volver a dormir conmigo otra vez. Esa noche apenas estuvo conmigo acostado deje que Leonardo hiciera lo que quisiera, y de esa manera fue directamente al grano y primero me toco el pene, luego busco mis labios y comenzó a besarme torpemente. Al parecer el ...
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