1. Confidencias 17 Bailando noto una verga caliente en las nalgas


    Fecha: 01/07/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... mi cintura, una polla dura en mis nalgas moviéndose a izquierda y derecha a la vez que mi cuerpo, siguiendo al milímetro mis movimientos, sin apartarse, apretándose más para que notara su hombría y lo que podría entregar a una hembra, a cualquiera de los putitos que buscaban macho para tener algo en la fría noche. Me estaba sintiendo erotizado por el poder que emanaba de aquel macho cuando… -¡Perdona! Es mi pareja. Alberto gritaba para el que el hombre le oyera. Las manos se aflojaron y soltaron mi cintura, el calor de su entrepierna desapareció de mis nalgas y pensé que Alberto ocuparía el lugar del macho desplazado. Estaba equivocado, el baile proseguía y sus manos apenas me tocaban, solo me guiaban para que siguiera sus pasos. Ni mis compañeros de ballet lo lograban tan bien. Dejé de pensar, solo sentía la música y movía el cuerpo con ella hasta comenzar a estar cansado, él lo notó y me abrazó muy suave, con una mano en mi espalda, ¿y la otra, donde estaba? En mi trasero rozándolo apenas. -¿Quieres descansar?, ¿volvemos a la mesa? Elevé la cabeza para mirarle. ¿Quién era este chico tan singular y extraño? Raro espécimen donde los haya, prototipo de muchacho extraño y misterioso. Siempre había sido de otra forma el comportamiento de los chicos hacía mí, los que eran igual que yo podía estar con ellos, hablar e intimar si quería, y por otro lado los machos que me atraían sexualmente, y estos querían siempre lo mismo, mi culo o la boca para descargar sus insatisfacciones con ...
    ... las novias o la amigas de turno. -Vamos a la barra para tomar un refresco. Avancé confundido sintiendo como me abría camino a mi lado. -Una naranjada, por favor. No supe lo que él pedía pero cuando el barman me puso el vaso en la barra lo bebí sin respirar. Él me miraba tranquilo, como si lo dominara todo y estuviera por encima del bien y el mal. -No respondiste a mi recado. No sonaba como un reproche, solo lo afirmaba. -¿Para qué? Le vi asombrado, por una vez desconcertado y bajó la mirada para volver a levantar la cara sonriendo. -Pues no lo sé, para hablar supongo. Nos quedamos en silencio y le miraba. ¿Qué tenía para que me preocupara?. Nada comparando con lo que tenía a mi alcance, a mi lado, Pablo y Erico, por ejemplo. Chicos impresionantes en todos los sentidos, guapos y viriles, distintos pero ambos tenían lo que a una mujer o a un marica como yo impresionaba haciendo despertar nuestros deseos por ellos, y no era que él fuera feo. No había comparación los cuerpos no eran iguales ni semejantes, ni la cara aunque hoy venía pulcramente afeitado y eran tan distintos. Mientras yo pensaba se había movido mirando hacia los que bailaban, sus largas pestañas le ocultaban los ojos, sus labios no eran carnosos, sonreía a alguien y eso si cautivaba. Adri ¿qué me pasaba? -¿Ya has descansado? Si quieres volvemos a movernos. En ese momento llegó Rubén a mi lado. -Voy con dos amigos a su apartamento, no te preocupes por mí. Miré al chico que iba con él, se le veía más mayor y grande, ...
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