1. Confidencias 17 Bailando noto una verga caliente en las nalgas


    Fecha: 01/07/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... Aprovechó que abrí la boca para hablar y me penetró en ella con su lengua buscando en mi cavidad bucal y el paladar los sabores que le gustaban. Abracé su cuerpo jugando con él, aplastando su cuerpo contra él mío y comencé a sentir cierta humedad en mi muslo. Levanté la cabeza para ver que le salía la punta de su pene entre los pelos de su bajo vientre. Mi pobre perrito se sentía caliente, si aún era un cachorro sin formarse sexualmente. -¡Por favor Dulce, para! No se detenía y continuaba lamiendo y moviendo el cuerpo rozando la punta de su rojo pene sobre mi muslo. No sabía qué hacer, por un lado me causaba risa y por otro lástima de que el pobrecito no tuviera una perrita que lo contentara, o un perrito ya que Yasin había dicho que era un perro marica. Le aparté por fin y lamió del muslo la humedad que había depositado, luego dirigió la cabeza hacia su zona genital y se lamió los pelos, su pene se había escondido. Me senté en la cama y acaricié su cabeza. -Vaya, mira que tú también quieres hacer el amor con tu amo, eres un perrito lascivo y lujurioso, eso no está bien cariño, no somos de la misma especie. Dulce dejó de lamerse el pelo sustituyéndolo por mi mano, se puso de pie y movía contento su colita. -Vamos a desayunar y así te calmarás. Desayuné con Eduardo, fue una comida rápida, unos cereales con chocolate y el zumo. -Voy a prepararme, y quiero correr un poco por el parque para que Dulce gaste sus energías si no me necesitas. Eduardo se quedó en el comedor y media ...
    ... hora después corría por los linderos del parque, era siempre el mismo recorrido, era un lugar grande pero no parar correr, para Dulce resultaba mejor así, él quería jugar no correr. Sobre la una y media llegaron mamá y Pablo, traía su propio coche regalo de los abuelos, como todo lo que ella tenía. Salimos a su encuentro, no me abrazó en un principio, miraba la casa con detalle inspeccionándolo todo, Pablo sí que lo hizo y entonces se dio cuenta de que no me había hecho caso, después de besar a Eduardo lo hizo conmigo. -Cariño, estás guapísimo, ¿verdad que sí Eduardo? Te veo tan poco que te olvido. Mamá. ¡Ayyy!, Dios mío, hacía ver que me extrañaba y me había visto hacía menos de cuarenta y ocho horas. Pero bueno, la veía contenta e interesada, quiso visitar la casa, yo creía que la conocía, o quizá deseaba ver si algo había cambiado. Eduardo la acompañó mientras Pablo me pidió que le llevara a las cocheras, estaba allí Damián y comenzaron a hablar de los coches, brillantes e impolutos que se alineaban en el local cuidados como si fueran joyas. Me sorprendí al ver a otro invitado que Eduardo no me había dicho que estaría, don Manuel, no sé si lo recordarás Adri, de aquella primera vez en casa de Eduardo, estaban bebiendo en el salón cuando llegamos, don Manuel me saludó como si no me conociera cuando mamá me presentó como su hijo. Durante la comida, servida en el comedor principal por Tomás y su joven ayudante, la que más hablaba era mamá con don Manuel y Eduardo. La comida la ...
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