1. La depilación termino en sexo


    Fecha: 16/05/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: sexman, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... llenos de adrenalina, me pedían más.
    Me puse en pie y cerré la puerta. Desconecte el artefacto que calentaba la cera y me tire sobre ella en la cama. Nos besamos arduamente durante un rato, mi pene rozaba sus grandes piernas, sintiendo sus vellitos en mi glande lo que me ponía al rojo vivo. Le besé el cuello con intensidad y luego volví a su boca. Nos besamos con lengua y recorrimos toda la cama dando vueltas, ella abajo y yo arriba, luego, al contrario.
    Como pude le quite el pantalón mientras seguíamos besándonos, cuando no aguante más me pare, le vi sus pantis y se los arranque. Su vagina depilada quedo ante mí, era hermosa. Pero le di la vuelta y sus nalgas me volvieron a saludar. Le di un par de nalgadas, ahora le gustaron. Metí mi cabeza en sus nalgas y se las lamí, ella gemía de placer mientras yo disfrutaba de esas nalgas morenas bien depiladas. Le di la vuelta y le comí el clítoris, ella me abrazo la cabeza con sus piernas e hizo movimientos con su cintura haciendo que fuera más placentero para ambos, un momento divino, glorioso. Cuando finalmente se vino, no dude en beberme todos sus jugos. Eran ambrosía pura.
    En ese momento le di la vuelta y le volví ...
    ... a dar varias nalgadas, a ella le dolían, pero me pedía más.
    -Ponte en perrito-le dije excitado, mientras ella me esperaba así, fui a mi escritorio y busqué unos preservativos. Me puse uno tan rápido como pude y me abalancé de nuevo hacia la cama. Metí mi pene despacio en su vagina, ella en posición de perrito, cosa que me prendía de sobremanera. Primero despacio, luego fui aumentando el ritmo. Para el final mi cintura se movía como un fórmula uno, un nivel rítmico digno de cualquier bailarín. Mi pene entraba y salía con pasión, dentro sentía su vagina mojada y calientica, cada vez que mi pene era succionado sentía un gran placer. Cuando supe que estaba cerca de llegar comencé a darle nalgadas, ella gritaba y me pedía más, yo le daba tan fuerte como podía.
     -Maldita perra, maldita sucia, perra, o si, maldita ravandola.
    Cuando me vine le clave mi pene hasta el fondo, ella dio un grito agudo y callo agotada sobre la cama, yo caí en encima de ella y le deje mi pene dentro, mientras este terminaba de expulsar todo lo que tenia. Me abrase a ella, y mezclamos nuestros cuerpos desnudos, así nos quedamos por mucho tiempo, hasta que llegó la hora de irnos al instituto. 
«12»