Vuelta a casa
Fecha: 25/05/2020,
Categorías:
Masturbación
Tus Relatos
Autor: gauchosonico, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... femeninas y restaurantes. Luciana olía a verano y vergüenza. Luciana tenía el olor de la lluvia en el campamento de Pinamar, agua fría en el pinar caliente por el sol, cuando por primera vez la morocha se bañó con sus compañeras de colegio y las vio desnudas y se murió de vergüenza. En la ducha de enfrente, Laura se lavaba el pelo rubio refregando con las dos manos. El agua caía de su cuello por la clavícula y pegada por la piel hasta el pezón, saltaba hacia adelante. La morocha se moría de vergüenza porque no podía dejar de mirar el pezón de Laura, igual al de una mujer adulta a pesar de que recién entraban en la adolescencia. El sol entraba por las ventana rectangulares del vestuario del camping y hacía una franja de luz donde se veían las gotitas salpicando, espuma, los codos, los hombros de Laura, las agujas de pino en el piso sucio del vestuario. Una dulce puntada en la conchita le hizo cruzar las piernas.
Sintió la sábana de algodón en la piel de su culo desnudo y miró a Daniela que se había girado hacia la pared y roncaba un poco más bajo. La tanga de Luciana seguía en su mano izquierda, cerca de su cuello. Bajó la derecha a su panza, rozó el ombligo, siguió la línea de pelitos hasta su entrepierna. Pensó en Luciana bañándose en aquel vestuario de Pinamar, mirándola mientras se enjabonaba las piernas, desafiandola con los ojos. La vio parada desnuda bajo el agua, tan cómoda como ...
... si estuviera vestida, mirándola fijo. Ahogó un gemido y comenzó a tocarse más fuerte. Odiaba a Luciana. La odiaba profundamente. La odiaba desde el día que vio la foto en San Telmo, Luciana con un vestido de verano, azul con florcitas, asomada en la ventana con el culo al aire, un porro en la mano, riendo, mordiendo el elástico de la tanga negra y estirandola con la otra mano.
En el reflejo de la ventana podía ver a Pablo sacando la foto, Pablo en jean y en cuero, dejando la cámara y acercándose a Luciana que mordía la bombacha y sacaba el culo para afuera y el vestido volaba y Pablo llevaba la mano a los labios de Luciana que asomaban húmedos de sus piernas, con los pelitos recortados, Pablo sacando la pija del jean y clavándola a Luciana que no dejaba de reírse y la clavaba de una como siempre le gustaba hacer, porque tenía la pija larga y ninguna podía resistir que le empujaran la panza de esa manera y Luciana dejaba de reírse para empezar a gemir y gritar y morderse los labios y agarrar la nuca de Pablo que la seguía cojiendo parado, agarrandola de las caderas tratando de mantenerla parada en el suelo y Luciana se caía a la cama y en la cama de golpe estaba la morocha pajeandose sin parar y Luciana hundía su cabeza entre las piernas de la morocha mientras Pablo miraba y la morocha acabó tan fuerte que a la mañana siguiente, por un par de horas, tuvo miedo que Daniela le dijera algo.