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De activo a pasivo, dejé de ser vírgen
Fecha: 26/05/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: LuisAlonso, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... mis intenciones y me dijo que no me apresurara. Que quería que lo disfrutara. Trajo algo más de lubricante mientras yo me tiraba a la cama como por instinto. Estaba boca abajo, y sentí como la lengua de Rodrigo subió desde mis talones hasta mi trasero. Separó con sus manos mi trasero y escupió directamente a mi entrada, recuerdo que gemí, y eso pareció prender mucho a Rodrigo. Abrió rápidamente el lubricante y lo empezó a regar tras mío. Estaba muy mojado. Rodrigo me dijo que respirara, que tenía que relajarme. Fue en ese momento cuando empezaba a calmarme que introdujo su dedo medio en mí, sentí algo de dolor, pero callé, quería que siguiera. Estuvo metiendo su dedo dentro de mi por unos minutos, y acercándose a mi oído dijo qué estaba preparado para uno más. No respondí. El introdujo dos de sus dedos en mí y volví a gemir. Rodrigo se puso un tanto más rudo. Lo entendía, eras las ganas de penetrarme. Le dije que quería que me penetrara, y el me dijo que me dolería sí no me dilataba bien, supongo que también yo me moría de las ganas por ser de él. Le dije que no importaba, que lo quería ya. Sentí como esas palabras recorrieron el cuerpo de Rodrigo, se volvió loco. Quitó los dedos de mí y sentí como empujaba su miembro ...
... contra mi entrada. Lo hizo con cuidado, lentamente. Empujaba una y otra vez, yo estaba en otro mundo. Tenía la cintura levantada y la cara en la sabana. El fue introduciéndose dentro de mí poco a poco. Y cada vez sentía a mi entrada haciéndose más grande. Hasta que por fin sentí la piel de su vientre en mi trasero, supe en ese momento que tenía todo el pene de Rodrigo dentro de mí. La adrenalina había eliminado el dolor inicial, y solo sentía que mi mundo estaba de cabeza. No creía en lo que estaba pasando. Rodrigo empezó a acelerar las embestidas y lo hacía una y otra vez con más fuerza. Yo gemía en cada choque, y eso parecía acelerar y endurecer a Rodrigo. Lo estaba disfrutando. Levanté los brazos, y la cara de la cama. Rodrigo inclinó su cabeza hacia mi espalda la empezó a besar, eso me hizo gemir más. Él cada vez me penetraba más duro. Y justo cuando estaba a punto de correrme, sentí dentro de mí un líquido, algo que quemaba mis adentros. Me corrí y el lo había hecho dentro de mí. Me di la vuelta, y Rodrigo encima mío me dió un beso. Me dijo que a partir de ahora seré suyo y que fue un placer estar dentro de mí. Desde ese momento todas las tardes del colegio fueron sexo en la casa de Rodrigo. Ambos nos entendíamos muy bien.