1. CON MAMA Y PAPA ES MEJOR


    Fecha: 11/06/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: CAMILA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... seguido nuestra casa. Se quedaban los 3 de sobre mesa hablando en voz baja, riendo y prodigándose ciertos mimos “cuidados”, se tocaban partes íntimas del cuerpo, pero lo curioso era que mi tía amanecía al día siguiente en nuestra mesa desayunando , envuelta en una bata y con el cabello mojado como recién salida del baño. Era muy  obvio para mí, que pernoctaba en casa, pero había solo 2 habitaciones, la mía y la de mis padres. Cuando preguntaba, como curiosa que fui siempre, ¿donde dormía la tía Fabiola?, ellos se cruzaban miradas cómplices  y  me decían: “la tía duerme en nuestra habitación sobre un colchón en el piso”.
    
    Con mis 15 años, criada y educada lejos de la ingenuidad, una noche que vino la tía decidí espiarlos, sabía interiormente que algo extraño pasaba con ese terceto tan meloso. Fingí ir a dormir, esperé un rato pero ellos no se iban, solo se sentía la TV prendida y unos sonidos extraños. Yo tenía mi habitación en planta alta, me desplace sigilosamente y me asomé al borde de la escalera mirando hacia la planta baja. Guauuu, allí estaba mi padre sentado en el medio de las dos hermanas semidesnudas, papá con el pantalón por las rodillas y le estaban mamando la verga!!!!. La tía Fabiola y mamá parecían dos lobas en celo desesperadas por meterse el pito de mi padre en la boca, besándose entre ellas y con papá. Vi cuando la leche saltaba del pito de mi padre y mamá y la tía se desesperaban por tragársela. Lejos de horrorizarme quedé con la mirada clavada en la ...
    ... escena y gratamente sorprendida. Mis hormonas hervían y dejándome llevar por un impulso del deseo comencé a tocar mis tetas para luego masturbarme, llevando los dedos debajo de la braga mojada de fluidos vaginales, luego salí disparada para la habitación a terminar la faena frotando mi raja hasta correrme. Permanecí como media hora en silencio simulando  que dormía y sin hacer ruido  bajé las escaleras hasta llegar cerca de la puerta de la habitación de mis padres que estaba entreabierta. Con una luz tenue que entraba por la ventana se alcanzaban a ver los tres cuerpos desnudos en plena orgía sexual  enredarse y gimiendo todos de placer. Alcanzaba a reconocer  a mi madre como abría las piernas de mi tía, besarla y lamerle la raja, mientras papá le metía el pene en su vagina. Esa escena fue el disparador para que comenzara a masturbarme ahí nomás parada, observándolos. Si bien estaba sorprendida, en ningún momento consideré esa situación algo repugnante ni censurable, mamá me había dicho que en materia de sexo todo está permitido siempre y cuando haya acuerdo de partes, esa fue para mí una máxima que no olvidaría jamás. Durante varios días esa orgía rondaba mi cabeza invitando a que cada noche me hiciera unas ricas pajas. Esa relación entre las hermanas y mi papá se extendió en el tiempo y yo siempre estaba atenta a espiarlos aprendiendo, como si fuera una lección práctica de sexo, cada movimiento, cada postura, cada reacción, para luego imaginarme como protagonista de esas ...
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